A bordo del Ocean Viking. Mientras esperan que Europa abra las puertas a los 356 migrantes que rescataron en el mar Mediterráneo, los socorristas del Ocean Viking, el único buque humanitario que aún navega en la zona, han tenido que renunciar a salvar más gente que zarpa en barcazas y lanchas de las costas de Libia.
Los diez rescatistas a bordo del barco fletado por las ONG SOS Méditerranée y Médicos Sin Fronteras (MSF) tienen experiencia como marineros o salvavidas.
"Sin ninguna de los dos sería difícil estar aquí", reconocen.
Con aire algo rebelde, el francés Tanguy, de 38 años, es el hombre de proa del equipo, entrenado para andar y subir por el puente, todo según un protocolo meticuloso.
Tan pronto como llegó a la zona de búsqueda y rescate frente a las costas de Libia, el 9 de agosto, el buque Ocean Viking, sucesor del Acuario, rescató cuatro barcos en cuatro días.
Eran lanchas inflables cargadas de gente, con entre 80 a 100 personas a bordo.
El último salvamento, el 12 de agosto, la barcaza de goma azul literalmente estalló cuando los rescatistas llegaron para distribuir los chalecos salvavidas, por lo que una docena de los 105 pasajeros cayó en el agua.
Los migrantes que llegaron al Ocean Viking informaron que una balsa similar había salido de Libia al mismo tiempo que ellos, pero no se encontró.
Doce horas después, el viento del norte levantó olas de dos metros y medio.
Desde entonces, Ocean Viking navega entre Malta e Italia. La zona de los naufragios fue abandonada y en el mejor de los casos, son los guardacostas libios, el terror de los migrantes, los encargados de auxilirlos.
Un idea que los aterra ya que suelen enviar sistemáticamente a los sobrevivientes a los centros de detención de Libia, que ellos llaman "prisiones".
Ojos en el horizonte
“Lo peor es que dos de los cuatro barcos pudieron ser rescatados porque habían sido descubiertos con binoculares”, contó Nicholas Romaniuk, coordinador anglo-canadiense de las operaciones de socorro.
A llegar a la zona de rescate se ordenó una tarea implacable de observación, con binoculares, las 24 horas del día.
En ausencia de un centro de coordinación efectiva de los rescates marítimos por parte de Trípoli, la observación permanente resulta indispensable y más confiable que cualquier sonar para detectar embarcaciones.
"En estos momentos, la emergencia a bordo más importante es la psicológica. Estas personas han sufrido y están sufriendo un gran trauma. Muchos han sido víctimas de tortura y de violencia sexual en #Libia", Luca, médico #MSF a bordo del #OceanViking https://t.co/wBRCmcAgH8 pic.twitter.com/WvBoIlt4xn
— Médicos Sin Fronteras (@MSF_Espana) August 21, 2019
Las otras dos embarcaciones fueron localizadas gracias al sobrevuelo de aviones europeos, identificados en la pantalla del radar o en vuelo.
Durante los últimos diez días, los socorristas han dejado de estar en la pasarela para vigilar a los náufragos y pasan más tiempo en el puente, ayudando a los voluntarios de MSF a repartir las raciones de té y comida, organizando la hora de dormir entre hombres y mujeres, y garantizando la paz y la concordia entre unos 300 jóvenes exhaustos y con poca paciencia.
“Estamos acostumbrados a acompañar a las personas hasta el desembarco, pero antes duraba unos dos a tres días”, reconoció Tanguy, quien agregó con voz baja: “Es que cuantos más ahogados hay, hay menos migrantes ...”
Y añadió: “No creo que los gobiernos lo decidan, pero es el resultado de su política”.
"Para mí, es como tener un paciente en la ambulancia y el hospital se niega a recibirlo. Así que tienes que ir más y más lejos, a Milán, Berlín, Moscú ... Y así, no estás haciendo tu tarea", afirma", resume Alessandro, un paramédico de la Cruz Roja, que siente "tristeza más que frustración", confiesa.
Los 356 migrantes, entre ellos cinco mujeres y 103 menores en su mayoría no acompañados, fueron rescatados en aguas libias.
— David de la Paz 戴维 (@daviddelapaz) August 22, 2019
Francia es el único país de la Unión Europea #UE que ha manifestado que podría acoger a algunos de los 356 migrantes a bordo del barco #OceanViking pic.twitter.com/Od0sXlnKae
"Te arrancan la energía", lamenta.
Portugal anunció el jueves que está "dispuesto" a acoger a 35 migrantes del barco.
Sam Turner, jefe de la misión del MSF en Libia, denunció la prolongada ausencia de buques humanitarios en esa zona del Mediterráneo.
“No solo estas personas siguen sufriendo por una estadía prolongada en el mar, sino que otras podrían morir porque se nos impide ayudarlas”, lamentó.
Según las estimaciones de la guardia costera libia, “aproximadamente la mitad de los barcos que parten se pierden en el mar, cientos de personas desaparecen sin dejar rastro”.