Ginebra. El mundo superó este sábado los 200.000 muertos por el nuevo coronavirus, mientras que la OMS alertó sobre la entrega de pasaportes inmunitarios que pueden favorecer la propagación de la pandemia, una idea propuesta por varios países para acompañar el desconfinamiento.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) echó por tierra las esperanzas de quienes apostaban por una eventual inmunidad de las personas que han padecido covid-19, en un momento el que algunos países realizarán pruebas serológicas de cara al desconfinamiento.
“No hay ninguna prueba en este momento de que las personas que se curaron de la covid-19 y que tienen anticuerpos estén inmunizadas frente a una segunda infección”, indicó la OMS en un comunicado.
El mundo musulmán, en cambio, comenzó el mes del ayuno del ramadán sin oraciones colectivas ni comidas compartidas. La mayoría de los países musulmanes de Oriente Medio, África del Norte y Asia han cerrado las mezquitas y prohibido las reuniones familiares.
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En Irán, donde la enfermedad mató a 5.650 personas según cifras oficiales, el mes del ayuno musulmán del ramadán empezó en medio del temor a un recrudecimiento de la epidemia, dos semanas después de la reapertura parcial de los comercios.
Claveles en las ventanas
Algunos países ya empezaron a suavizar las medidas de cuarentena, pero los balances siguen reflejando una situación catastrófica: el Reino Unido superó el sábado los 20.000 fallecidos en el hospital. Esa cifra no tiene en cuenta los decesos ocurridos en residencias geriátricas donde, según representantes del sector, varios miles de ancianos habrían fallecido.
Sin embargo, muchas medidas de desconfinamiento llevan aparejadas normas reforzadas de distanciamiento social, como en Sudáfrica (75 fallecidos), donde el confinamiento se empezará a suavizar el 1 de mayo, aunque el uso de mascarilla será obligatorio.
En Portugal, la cuarentena dejó este sábado imágenes inéditas de la celebración del 46º aniversario de la Revolución de los Claveles. Cientos de ciudadanos se asomaron a las ventanas, con claveles rojos en la mano, cantando el himno nacional y "Grandola Vila Morena", símbolo del golpe de Estado militar que puso fin a 48 años de dictadura fascista y 13 años de guerras coloniales, el 25 de abril de 1974.
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En Europa, Italia, el país del continente más castigado por la pandemia, superaba este sábado los 26.000 fallecidos, por delante de España (casi 23.000) y de Francia (más de 22.600).
A partir del 4 de mayo, Italia emprenderá una campaña de tests serológicos en 150.000 personas a escala nacional para intentar averiguar más datos sobre la pandemia y así dar una mejor respuesta.
Mientras en Europa la curva de contagios parece entrar en una fase descendente y en América Latina en una ascendente, la carrera por encontrar el producto adecuado ya empezó en los laboratorios, con una media docena de ensayos clínicos, especialmente en Reino Unido y Alemania.
Al mismo tiempo, una catástrofe oculta otra: cerca de 400.000 personas más podrían morir este año de paludismo por los problemas de distribución de mosquiteras y de medicamentos que está ocasionando el coronavirus, alertó la OMS.
Más de 150.000 contagios en América Latina
América Latina y el Caribe superaron este sábado los 150.000 casos de contagios, que causaron la muerte a más de 7.400 personas en la región, según un balance de la AFP elaborado con datos oficiales.
En Brasil, donde 3.670 personas han muerto por el virus, el presidente Jair Bolsonaro es acusado de inacción ante la pandemia y los habitantes de las favelas decidieron actuar.
"La favela tiene que combatir porque si espera al gobierno, nunca va a llegar", explica Thiago Firmino, un guía turístico de 39 años que se ofreció como voluntario para desinfectar las calles de su barrio en la favela Santa Marta de Río de Janeiro.
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En Argentina, con más de 3.500 casos y 176 muertos, decenas de presos se amotinaron en una cárcel de Buenos Aires en protesta por un caso de coronavirus, antes de acordarse una tregua hasta el sábado.
Venezuela por su parte anunció una flexibilización de la cuarentena para niños y ancianos.
En la capital del país, varios músicos han empezado a dar conciertos para los vecinos, combinando boleros, merengues o piezas tradicionales, una suerte de "válvula" de escape al confinamiento.
“Es una cosa muy bella” ver a la gente “empezar a asomarse” a sus ventanas, declaró Yvanno Pichardo, de 35 años, después de cantar por 45 minutos en Colinas de Bello Monte, una urbanización de clase media del sureste de Caracas.