Ortansa Pascariu tejió un chaleco café con su propio cabello. La inusual prenda de vestir causó gran sorpresa y admiración a nivel internacional, no solamente por el inusual material que usó, sino por el gran talento que posee.
Nacida en Rumania, Pascariu decidió respetar una antigua tradición de su ciudad natal, que prohíbe que las mujeres boten su cabello, pues es considerado un símbolo de belleza y juventud. Fue, de esta manera, que lo recolectó durante 20 años.
“Creo que empecé a tirarme del pelo a los 40 años y logré juntar un kilo, suficiente para un mechón, en 20 años. Es decir, cuando tenía 60 años logré recoger todo mi cabello. Tenía el pelo muy largo, más allá de las caderas y se juntaban mechones muy largos”, explicó Ortansa para el medio rumano Adevarul. La particular historia no tardó en llegar a oídos de toda la comunidad de Stăuceni.
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Historia de vida llena de talento
La mujer de 60 años tiene tres hijos y, de acuerdo con el medio citado anteriormente, es una persona alegre, amable y trabajadora. Para ella, haber hecho un chaleco de su propio cabello no es algo extraño, pues si hay algo que le gusta mucho es tejer.
Pascariu contó para Adevarul que su pasión venía por parte de su papá: “Papá era el que le apasionaba tejer y tejer. Aprendí de él y yo tenía 8 años cuando empecé. Me gustó desde el principio. Me calma, me hace sentir bien”.
Se considera así misma una mujer muy “tradicional y artesanal”. En medio de su charla con el medio de su país natal, una serie de carcajadas daban cuenta de su personalidad. Contó, además, que su talento llegó hasta Italia, al hacer un tapiz de pared que terminó en aquella nación.
Le sorprendió mucho que la creación se convirtiera en una obra maestra, que pasó a ser parte de un museo pequeño de la comunidad. “Incluso mira con cariño la prenda de vestir que está en el ayuntamiento”, mencionó el profesor Dumitriu para Adevarul.
La creación de esta prenda es producto de los relatos que Ortansa escuchaba cuando era niña, por parte de los ancianos de la comunidad. Ellos mencionaban que las mujeres tenían prohibido cortar, tirar y hasta peinar su cabello. “Debe ser guardado”, decían.