Moscú. Los líderes de la política mundial dejan ver su pesar por la muerte Mijaíl Gorbachov.
En Moscú, el presidente ruso, Vladimir Putin, expresó “condolencias” por la muerte del dirigente que le puso fin a la Guerra Fría, según informó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
“Putin expresa su profundo pesar por la muerte de Gorbachov, por la mañana enviará un telegrama de condolencias a sus familiares y amigos”, dijo Peskov, citado por la agencia Interfax.
Para el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, Gorbachov fue “un estadista único que cambió el curso de la historia” e “hizo más que cualquier otro individuo para lograr un final pacífico de la Guerra Fría”.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, lo destacó como un “líder digno de confianza y respetado” que “abrió el camino para una Europa libre”.
Por su parte, el primer ministro británico, Boris Johnson, exaltó “su infatigable compromiso con la apertura de la sociedad soviética”.
El presidente francés, Emmanuel Macron, lo destacó como un “hombre de paz”, cuyo “compromiso” cambió la historia” de Europa.
El último dirigente de la Unión Soviética (URSS), Mijaíl Gorbachov, murió el martes a los 91 años en Rusia, anunció un hospital citado por las agencias de prensa rusas.
“Hoy por la noche (martes), tras una larga enfermedad grave, Mijaíl Sergeevich Gorbachov murió”, informó el Hospital Clínico Central (TSKB), citado por Interfax, TASS y RIA Novosti.
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Premio Nobel de la Paz en 1990 por su papel para poner fin a la confrontación entre Este y Oeste en el siglo pasado, Gorbachov pasó los últimos 20 años de su vida retirado de la política, aunque regularmente se hacía oír, preocupado por las nuevas tensiones con Washington.
A menudo instaba al Kremlin y a la Casa Blanca a dialogar y a ponerse de acuerdo para garantizar la seguridad mundial y reducir sus arsenales, como ya hizo en los años 1980 con el presidente estadounidense de aquel momento, Ronald Reagan.
Gorbachov era el último dirigente todavía con vida de la época de la Guerra Fría, un periodo que parece resonar actualmente desde la ofensiva del presidente ruso, Vladimir Putin, en Ucrania, lanzada el 24 de febrero.
Legado controvertido en Rusia
Antes de su fallecimiento, Gorbachov no habló en publicó sobre este conflicto. Estas últimas semanas, la prensa rusa mencionó los problemas de salud recurrentes del exdirigente.
Muy respetado en el extranjero, en muchas ocasiones recibió elogios de grandes personalidades de todo el mundo, como para sus 90 años, cuando el presidente estadounidense, Joe Biden, y la entonces canciller alemana, Angela Merkel, lo felicitaron.
En Rusia, en cambio, desde la desaparición de la URSS en 1991, era visto como una figura ambivalente. Aunque fue quien abrió el camino a la libertad de expresión, para muchos fue el responsable del fin de la superpotencia y de los terribles años de crisis económica que siguieron.
Cuando estuvo en el poder, entre 1985 et 1991, llevó a cabo importantes reformas democráticas, conocidas como la “perestroika” (reestructuración) y “glasnost” (transparencia), que le brindaron un gran reconocimiento en Occidente.
En 1990 obtuvo el Premio Nobel de la Paz, por “haber puesto fin pacíficamente a la Guerra Fría”. También fue él quien ordenó el fin de la desastrosa campaña militar soviética en Afganistán y dejó que el muro de Berlín cayera.
Los años que siguieron a la disolución de la URSS siguen siendo un trauma para muchos rusos que se vieron hundidos en la pobreza y confrontados al caos político, así como a una guerra brutal con Chechenia.
Con la llegada al poder en el 2000 de Putin, para quien la desaparición de la URSS es la “mayor catástrofe geopolítica” del siglo XX, el Estado se impone a la sociedad y hace regresar a la potencia rusa en la escena internacional.
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Para Gorbachov, las relaciones con los nuevos líderes del Kremlin siempre fueron complejas, ya sea con el primer presidente ruso, Boris Yeltsin, o con Putin, a quien criticaba pero veía como una oportunidad para un desarrollo estable en Rusia.
Tras un breve intento fallido de volver a la política en la década de 1990, Gorbachov se dedicó por completo a proyectos educativos y humanitarios. También fue uno de los primeros apoyos del principal periódico ruso de oposición, Novaya Gazeta.
Nacido en el suroeste de Rusia en 1931, Mijaíl Gorbachov pasó parte de la pandemia de la covid-19 en un hospital ruso, diciendo que, como muchos de sus compatriotas, estaba “cansado de todo”.