Unos 300 de ellos recibieron tratamiento médico a causa de la malnutrición. Según Mohamad Amadi, centenares de menores pueden padecer hambre en el centro del país. Salam al–Janabi, un portavoz de Unicef, dijo que no podía confirmar el número de niños muertos en Ghor, pero que “muchos de ellos están pagando este precio final”.
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Este integrante de la agencia de Naciones Unidas para la Infancia explicó que están haciendo informes sobre el peligro de hambruna en Afganistán. “Tememos que estamos al borde del abismo”, reconoció.
Tras el regreso al poder de los talibanes a mediados de agosto, se acentuó la crisis humanitaria en Afganistán. Se debe a las sequías, al precio desorbitado de los alimentos y a la pérdida de puestos de trabajo que la ayuda internacional no logra compensar.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) ya había advertido que a finales de año un millón de niños, de menos de 5 años, podrían sufrir una “malnutrición muy severa” y necesitar tratamiento médico para seguir en vida. Y unos 3,3 millones, podrían padecer una “malnutrición grave” en Afganistán, destacó la institución.