Santiago. El arzobispo de Santiago de Chile, Ricardo Ezzati, afirmó este jueves no tener dudas de que el cuestionado obispo chileno Juan Barros debe renunciar a su cargo tras la investigación abierta en su contra por denuncias de encubrimiento de pederastia.
Al final de una Asamblea Extraordinaria de Presbíteros de Santiago, periodistas preguntaron a Ezzati si pensaba que era necesaria la renuncia de Barros -actual obispo de la ciudad de Osorno-, a lo que él contestó: “Sin duda alguna, por el bien del pueblo de Dios (debe renunciar)”.
El arzobispo también lamentó que “alguien o algunos hayan mal informado al Papa” sobre los alcances de este caso.
Por medio de una carta difundida por el Vaticano y el Episcopado chileno, el papa Francisco convocó hace una semana en Roma a todos los obispos chilenos para “dialogar sobre las conclusiones” de una reciente misión del Vaticano a Chile para investigar las denuncias de pederastia y encubrimiento en el interior de la Iglesia local.
La reunión se llevará a cabo en Roma la tercera semana de mayo.
A fines de febrero, el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, fue enviado a Chile por el papa Francisco para escuchar testimonios que acusan el encubrimiento de abuso sexual por parte del obispo de la ciudad de Osorno (sur) Juan Barros.
La misión de Scicluna también incluyó reuniones con víctimas de pederastia en colegios de la Congregación Marista.
Barros está acusado de encubrir los abusos sexuales reiterados del influyente sacerdote Fernando Karadima, condenando en el 2011 por el Vaticano a una “vida de oración y penitencia” luego de que la Justicia local declaró prescritos los cargos por abuso sexual.
En la misiva enviada a los obispos chilenos, el papa Francisco reconoce que ha “incurrido en graves equivocaciones de valoración y percepción de la situación, especialmente por falta de información veraz y equilibrada”.
Asimismo, indicó que tras una lectura pausada de las actas del proceso de investigación, puede “afirmar que todos los testimonios recogidos en ellas hablan de un modo descarnado, sin aditivos ni edulcorantes, de muchas vidas crucificadas”.
“Creo que es una falta muy grave que se haya engañado al Santo Padre, que alguien haya pretendido engañarlo”, afirmó el arzobispo de Santiago.