Washington. Los estados conservadores de Estados Unidos han estado aprobando estrictas leyes antiaborto para provocar una batalla judicial que llegue a la Corte Suprema, con la esperanza de revertir una decisión que en 1973 habilitó la interrupción voluntaria del embarazo en todo el país.
Los detractores de los derechos reproductivos de la mujer esperan que estas estrictas leyes lleguen a la máxima instancia judicial, que ahora tiene mayoría conservadora, para revertir una emblemática decisión denominada Roe Vs. Wade.
Este miércoles, la gobernadora de Alabama, Kay Ivey, firmó la ley antiaborto más estricta de Estados Unidos, que contempla un siglo de prisión para los médicos que lo practiquen y tiene como fin declarado llevar el debate a la Corte Suprema de Justicia.
"Esta legislación es un poderoso testamento de las firmes creencias de los residentes de Alabama de que cada vida es preciosa y es un regalo sagrado de Dios", dijo Ivey en un comunicado divulgado tras firmar la ley que prohíbe el aborto en cualquier etapa de la gestación.
Aprobada el martes por la noche por la mayoría republicana del Senado de Alabama -todos hombres blancos-, la ley no contempla excepciones en caso de incesto o violación. El aborto solo es aceptable si hay peligro de muerte para la madre o el feto.
Pero probablemente no será implementada y la gobernadora lo reconoció así en su comunicado, donde indicó que espera que este texto desafíe el fallo Roe Vs. Wade en la Corte Suprema.
La mayor organización de derechos humanos de Estados Unidos, ACLU, prometió bloquearla en tribunales. Y esa es la intención.
La semana pasada fue el turno de Georgia, también un estado rural del sureste estadounidense.
Su gobernador, Brian Kemp, firmó la ley del "latido del corazón", otra de las medidas antiaborto más duras del país, que prohíbe interrumpir el embarazo después de las seis semanas de gestación.
Otros cinco estados han aprobado medidas que prohíben interrumpir el embarazo apenas se puede escuchar el “latido del corazón” (algo que ocurre hacia las seis semanas de gestación): Ohio, Misisipí, Kentucky, Iowa y Dakota del Norte.
Y otros estados de mayoría conservadora, como Florida y Texas, están considerando leyes parecidas.
Batalla en los tribunales
Todas han sido bloqueadas por un juez o serán llevadas a tribunales.
Los conservadores esperan que la batalla legal producida por una de estas leyes llegue a la Corte Suprema de Justicia a tiempo para que se convierta en un tema de debate en las elecciones del 2020, en las que el presidente republicano Donald Trump buscará la reelección.
Desde que asumió el gobierno, Trump designó a dos jueces conservadores, que ahora son mayoría.
Estos esfuerzos concertados de llevar el aborto a la Corte Suprema y convertirlo en tema electoral han desatado duras críticas de demócratas y organizaciones de derechos humanos.
Randall Marshall, director ejecutivo de ACLU en Alabama, expresó que, con esta decisión, “la gobernadora y sus colegas en la legislatura estatal decidieron desperdiciar millones de dólares de los contribuyentes de Alabama para defender una ley en un simple esfuerzo político de revertir 46 años de precedentes legales” en la Corte Suprema.
La senadora Kirsten Gillibrand, una de los 22 candidatos a la postulación presidencial demócrata para el 2020, denunció a los republicanos por emprender “un ataque a la libertad reproductiva de las mujeres y a nuestros derechos humanos básicos”.
El exvicepresidente Joe Biden, quien también busca postularse a la Presidencia por los demócratas, afirmó que los republicanos están “promoviendo leyes que violan claramente Roe Vs. Wade y deben ser declaradas inconstitucionales”.
"La elección debe seguir siendo entre una mujer y su médico", añadió.
En el mismo sentido habló Hillary Clinton, la nominada demócrata a la Presidencia en el 2016, según quien las prohibiciones al aborto “son ataques a las vidas de las mujeres y sus libertades fundamentales”.
En Ohio, los defensores de los derechos al aborto entablaron el miércoles una demanda contra una medida similar, que buscaba prohibir la interrupción del embarazo a partir de las seis semanas de gestación.
En una encuesta conducida por el centro de investigaciones Pew el año pasado, 58% de los consultados dijeron que el aborto debería ser legal en todos los casos, mientras 37% cree que debería estar prohibido.