París. La ola de calor que sacude a Europa y que lleva a los habitantes a las playas pone a prueba la prevención contra los rebrotes de coronavirus en el Viejo Continente, mientras Brasil supera los 100.000 muertos por covid-19.
Con unas temperaturas que superan los 35º C en la mayor parte del continente y los repuntes de covid-19 aumentando peligrosamente en países como en España, las autoridades europeas tratan de que se cumplan las medidas de distanciamiento y el uso de mascarillas para frenar la propagación.
Con más de 213.000 muertos, según un balance de la AFP del domingo a las 11 GMT (5 a. m.en Costa Rica) con fuentes oficiales, Europa es el segundo continente más afectado por la pandemia, solo por detrás de América Latina y Caribe, donde los muertos superan los 218.345.
Brasil sobrepasó el sábado los 100.000 fallecidos y se consolidó como el segundo país más impactado, por detrás de Estados Unidos (162.435 muertos) y por delante de México (52.006), Reino Unido (46.566) e India (43.379).
Solo el sábado se registraron en el mundo 6.045 nuevas muertes y 278.509 contagios. Estados Unidos con 1.329, Brasil (905) e India (861) fallecidos, encabezan esta siniestra lista.
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En Europa, que había dejado atrás el confinamiento en la mayoría de los países en mayo, los rebrotes volvieron a surgir a partir de julio, lo cual obligó a adoptar nuevas restricciones en plenas vacaciones veraniegas, ante las reticencias de una parte de sus habitantes, en particular los más jóvenes, y en detrimento de una maltrecha economía que en buena parte de los países más afectados es muy dependiente del turismo.
Varias ciudades y estaciones balnearias de Bélgica, situadas en el litoral flamenco, anunciaron este domingo la prohibición de “turistas de un día”.
Esta medida, adoptada en las localidades de Knokke-Heist y de Blankenberge, se produce tras los enfrentamientos el sábado entre turistas y la detención de veraneantes en una de estas ciudades.
Problemas en playas
En Blankenberge, un grupo de jóvenes fue invitado a abandonar la playa tras negarse a respetar las medidas de distanciamiento. Esta disputa entre veraneantes se convirtió en una trifulca cuando llegó la Policía, que fue atacada con sombrillas de playa, según vídeos de las redes sociales.
En Reino Unido y Alemania, el litoral también se llenó de gente y las autoridades alemanas tuvieron que exigir el cierre de lagos y de algunas playas en el norte del país ante la imposibilidad de que se respetaran las medidas de seguridad.
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Unas 5.000 personas se manifestaron el sábado en Viena para exigir que se levanten las restricciones por la crisis sanitaria y más ayudas del gobierno a bares y discotecas.
Desde finales de julio, el uso de la mascarilla resulta obligatorio en los espacios públicos cerrados en buena parte de los países del Viejo Continente.
A partir del lunes, será obligatoria en algunas de las zonas más concurridas de París, como los muelles del Sena o la zona turística de Montmartre.
El covid-19 ha causado al menos 727.288 muertos en el mundo tras su aparición a finales del 2019 en China, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), y el número de infectados roza los 20 millones.
Casi un fallecido de cada dos tuvo lugar en la última semana en América Latina, que no es solo la región con niveles de mortalidad más elevados, sino con un mayor número de diagnosticados positivos, con más de 5,5 millones.
La pandemia acentuó las desigualdades sociales en Brasil, al causar estragos entre los habitantes de las favelas.
La ONG Río de Paz organizó el sábado en la playa de Copacabana, en Río de Janeiro, un homenaje a las víctimas del virus en Brasil con el lanzamiento de unos 1.000 globos rojos y 100 cruces negras en la arena.
El impacto económico de la pandemia también se hace notar en América Latina, donde, por ejemplo, se destruyeron cerca de 700.000 puestos de trabajo en Ecuador.
En Estados Unidos, que también sufre fuertes repercusiones económicas, el presidente Donald Trump decidió actuar por decreto ante unas negociaciones encalladas entre el Congreso y la Casa Blanca para elaborar un plan de reconstrucción económica.
El dirigente republicano firmó cuatro decretos para disminuir los impuestos a los trabajadores, prorrogar una ayuda de 400 euros semanales para los desempleados, aplazar el pago de los créditos estudiantiles y proteger a los inquilinos amenazados por una expulsión inmobiliaria.