“Aunque ómicron causa síntomas menos graves que delta (la variante hasta ahora dominante), sigue siendo un virus peligroso, especialmente para quienes no están vacunados”, afirmó el director general de la organización, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en una conferencia de prensa.
La variante, que fue identificada por primera vez en África austral a finales de noviembre del 2021, se ha propagado de forma fulgurante en todo el mundo. Los síntomas menos severos —sobre todo para las personas totalmente vacunadas y con una dosis de refuerzo— que los de delta hacen que algunos piensen que se trata de una enfermedad benigna.
Sin embargo, “más transmisión quiere decir más hospitalizaciones, más decesos, más personas que no pueden ir a trabajar, incluyendo profesores y personal sanitario, y más riesgo de que surja otra variante más transmisible y más mortal que ómicron”, aseguró el responsable de la institución.
“No es una enfermedad benigna, es una enfermedad que podemos prevenir con vacunas”, señaló por su parte Michael Ryan, a cargo de las situaciones de emergencia en la OMS. “No es el momento de abandonar, no es el momento de bajar la guardia, no es el momento de decir que es un virus bienvenido, ningún virus es bienvenido”, advirtió.
Algunos piensan que ómicron y su elevado nivel de transmisión puede reemplazar a las variantes más peligrosas y transformar la pandemia en una enfermedad endémica fácil de combatir.
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