Nueva York. El Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) adoptó este miércoles por unanimidad una resolución propuesta por Estados Unidos que facilita la ayuda humanitaria por un año a Afganistán, país al borde de una crisis económica, esperando que los talibanes no salgan beneficiados.
La resolución establece que “el pago de fondos” y “el suministro de bienes y servicios necesarios” para responder a las “necesidades humanas fundamentales en Afganistán”, sean “autorizados” y “no constituyan una violación” a las sanciones impuestas a entidades relacionadas con los talibanes.
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Su adopción representa un primer paso de la ONU hacia Afganistán, dirigido desde agosto por los talibanes, cuyo régimen no ha sido reconocido por la comunidad internacional. La resolución es “un buen paso” hacia adelante, reaccionó en Kabul un vocero de los talibanes.
El texto busca reducir el riesgo de que un fuerte flujo de refugiados pueda huir de la pobreza hacia los países vecinos y responder a una necesidad de asistencia creciente, según Estados Unidos.
“Esta excepción humanitaria busca facilitar la ayuda al pueblo afgano, pero no es un cheque en blanco para las organizaciones que transgreden sus obligaciones internacionales”, declaró el embajador estadounidense adjunto en la ONU, Jeffrey DeLaurentis, en alusión a los talibanes.
Contrario a una versión anterior que preveía excepciones a las sanciones limitadas a cada caso —rechazada el lunes por China—, la resolución adoptada cubre la entrega de ayuda humanitaria en un sentido más amplio.
“La situación actual en Afganistán es crítica” y la “crisis humanitaria debe ser atendida o antes posible”, destacó el embajador chino en la ONU, Zhang Jun. “La ayuda humanitaria no debe tener condiciones ni ser politizada”, siguió.
Para intentar garantizar que la ayuda vaya a los afganos y que no se beneficien los talibanes, la resolución prevé una revisión de la exención general vinculada a la ayuda humanitaria en un año. Sin embargo, China expresó que no considerará que la autorización expira en un año.
‘Salvar al pueblo afgano’
“Si las pruebas revelan que la exención es objeto de abuso o que el dinero llega a personas sancionadas, es posible revertirla”, aseguró un diplomático bajo condición de anonimato.
La resolución “motiva fuertemente a los suministradores” de ayuda humanitaria a “minimizar toda ventaja” directa o indirecta que puedan obtener personas o entidades objeto de sanciones internacionales.
En Afganistán, los trabajadores humanitarios pueden verse en la necesidad de efectuar transacciones financieras con ministerios dirigidos por personas sancionadas y la resolución permite que no se encuentren en posición de ser sancionados por ello.
El texto también incluye un control del destino de las ayudas en los dos meses siguientes a su distribución, así como un informe de la ONU sobre el funcionamiento de la asistencia cada seis meses.
Para el secretario general adjunto de la ONU para los Asuntos Humanitarios, Martin Griffiths, “la necesidad de liquidez” en Afganistán se ha hecho “urgente”. Se trata “no solo de salvar al pueblo afgano, sino también de permitir a las organizaciones humanitarias actuar”, comentó recientemente.
Exenciones de EE. UU
Tras la vuelta al poder de los talibanes, Estados Unidos congeló $9.500 millones del Banco Central afgano y el Banco Mundial también suspendió sus ayudas a Kabul.
Este miércoles, Washington anunció a su vez nuevas exenciones a las sanciones económicas impuestas a los talibanes para facilitar la ayuda humanitaria y contribuir con la puesta en marcha de la resolución de la ONU.
“El Departamento del Tesoro otorgó amplias autorizaciones que garantizan que las oenegés, las organizaciones internacionales y el gobierno estadounidense puedan continuar ayudando”, sostuvo el secretario adjunto del Tesoro, Wally Adeyemo, citado en un comunicado.
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Las sanciones contra los talibanes y la red Haqqani —considerada por Washington como un grupo terrorista que hace parte del nuevo gobierno— se mantienen, aunque las exoneraciones permiten el pago de derechos, impuestos y regalías a Kabul, según el comunicado estadounidense.
Rusia había pedido poco antes “un descongelamiento de los activos y recursos financieros” bloqueados por Occidente. Y el 10 de diciembre, el Banco Mundial anunció la entrega antes de fin de mes de una ayuda humanitaria de $280 millones a la Unicef y al Programa Mundial de Alimentos destinados a Afganistán, agencias de la ONU encargadas de distribuir esos fondos.