San Pedro Sula, Honduras. Alrededor de 300 hondureños partieron este jueves hacia Estados Unidos, adelantándose a una masiva caravana de migrantes convocada para el viernes, en busca de mejores condiciones de vida y con la esperanza de que el próximo presidente, Joe Biden, los acoja.
Los hondureños se agruparon el miércoles por la noche en la sede central del transporte de San Pedro Sula, la segunda ciudad del país, 180 km al norte de Tegucigalpa.
Aunque intentaron salir en ese momento, la Policía bloqueó sus intentos debido al toque de queda que rige en el país desde las 9 p. m. a 5 a. m. para restringir los desplazamientos por la pandemia de covid-19.
Con las primeras luces del día, los miembros de la caravana iniciaron la caminata este jueves hacia la frontera con Guatemala por el paso de Corinto, a unos 100 km de la terminal de transporte.
Deben atravesar Guatemala y México. Algunos grupos llevaban la bandera de Honduras y la mayoría estaba provista de mascarillas, exigidas como medida de prevención.
Sin embargo, el gobierno guatemalteco decretó este jueves un “estado de prevención” en siete departamentos, que le permite disolver incluso “por la fuerza” aglomeraciones públicas, ante la inminente llegada de una caravana de migrantes desde Honduras.
El acuerdo, publicado en la gaceta oficial, indica que esas regiones podrían verse afectadas en “el orden, la gobernabilidad y la seguridad de los habitantes, en virtud de que personas y grupo de personas pueden poner en riesgo la vida, la libertad, la justicia, la salud y la paz”.
La medida abarca los departamentos de Izabal, Zacapa, Chiquimula, Jutiapa, El Progreso, Petén y Santa Rosa, por donde se prevé transite la caravana.
Además, “instruye a las fuerzas de seguridad disolver por la fuerza todo tipo de reunión, grupo o manifestación pública que se llevaré a cabo sin la debida autorización”.
Guatemala exige que los migrantes que ingresen presenten, además de su documento de identidad, una prueba negativa de covid-19.
Mientras tanto, el gobierno de México ya adelantó que “no promueve ni permitirá el ingreso irregular de caravanas de personas migrantes, y continuará actuando en apego a su ley migratoria y a los protocolos sanitarios establecidos”.
Otro intento
Según la convocatoria que se difundió en las redes sociales en Honduras, unas 3.000 personas tenían previsto encontrarse la noche del jueves en la terminal de buses de San Pedro Sula.
En los grupos de WhatsApp donde se han enlazado varios de los participantes, se intercambiaban opiniones, se daban ánimo y se compartíann fotos de sus desplazamientos, rumbo al punto de encuentro marcado.
“Aquí está toda la gente, llegando ya a la gran central metropolitana” de buses, el punto de encuentro, expresó uno de los miembros. Sugerían llevar agua, ir con zapatos cómodos e incluso llevar todos camisa blanca. Algunos preguntaban si pueden viajar sin documentos o sin prueba de covid-19.
Mientras tanto, la Policía hondureña distribuyó a unos 7.000 agentes, para resguardar la seguridad en el trayecto de sus compatriotas hasta la frontera con Guatemala.
“El crimen organizado está promoviendo las caravanas. Es triste mirar a las familias desplazarse con la esperanza de mejorar sus condiciones de vida y exponiéndose a caer en as manos de estos criminales”, manifestó a la prensa el jefe policial Julián Hernández.
Desde San Pedro Sula, los migrantes planeaban salir al amanecer del viernes, ya sea por Corinto o por Agua Caliente, el otro punto fronterizo con Guatemala, lo que significa un recorrido de 260 km.
Justifican el éxodo en la extrema pobreza y la falta de empleo, la violencia de las pandillas y narcotraficantes en su país, y la crisis que dejó el paso de dos huracanes en noviembre.
Además, guardan esperanzas de que Biden, quien asume la presidencia de Estados Unidos el 20 de enero, sea más flexible con las normas migratorias que su antecesor Donald Trump, una posibilidad que ya ha sido rechazada por Washington.
"No pierdan su tiempo y dinero y no arriesguen su seguridad y salud", les recomendó en un comunicado el comisionado interino de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), Mark A. Morgan. Es un viaje "mortal", subrayó.
Más de una docena de caravanas han partido de Honduras desde octubre del 2018, pero han chocado con el muro y los despliegues de miles de guardias fronterizos y militares ordenados por el presidente Trump en la frontera sur con México.
Guatemala, México y Honduras firmaron con la administración Trump un acuerdo conocido como “tercer país seguro”, en que se comprometen a colaborar con Estados Unidos en la detención de las corrientes migratorias procedentes del sur del continente.