Ciudad del Vaticano. El papa Francisco expresó este domingo durante la misa de Pascua su “profunda preocupación” por la violencia en Oriente Medio, que amenaza según él el “diálogo” entre israelíes y palestinos.
Las violencias que tuvieron lugar en Jerusalén y en la región esta semana "amenazan el deseado clima de confianza y respeto recíproco, necesario para retomar el diálogo entre israelíes y palestinos", declaró el papa durante su tradicional bendición "Urbi et Orbi" en la plaza de San Pedro del Vaticano.
Las declaraciones de Francisco se producen unos días después de la violenta intervención de la policía israelí en la mezquita Al Aqsa de Jerusalén el miércoles.
El desalojo de los fieles palestinos en plenas fiestas religiosas suscitó una oleada de condenas y una nueva espiral de violencia en la región.
El ejército israelí anunció el domingo haber atacado a Siria en respuesta al lanzamiento de cohetes contra los altos del Golán anexionados, luego de varios días de ataques similares desde los vecinos Líbano y la Franja de Gaza.
Según Israel, los disparos lanzados desde el sur de Líbano, que no fueron reivindicados, eran "palestinos", y probablemente del Hamás, el movimiento islamista que gobierna en la Franja de Gaza.
Dos atentados antiisraelíes mataron también a tres personas el viernes en Tel Aviv y en Cisjordania, territorio ocupado por Israel desde 1967.
Tanto Naciones Unidas como la Unión Europea condenaron los recientes ataques e hicieron un llamado a la contención.
Asimismo, el papa se refirió a Nicaragua cuando envió un mensaje a las “comunidades cristianas” que celebran la Pascua “en circunstancias particulares” y recordó a “quienes se les impide profesar libre y públicamente su fe”.
Los feligreses católicos de Nicaragua celebraron el viernes el viacrucis en los jardines de los templos y no en las calles, en medio de tensiones entre el gobierno del presidente Daniel Ortega y la Iglesia.
Medios opositores y algunos sacerdotes aseguraron que el gobierno prohibió las tradicionales procesiones de Semana Santa en las calles, aunque oficialmente no se informaron de restricciones sobre el particular.
Durante su bendición, el papa mencionó también a Haití, que "está sufriendo desde hace varios años una grave crisis sociopolítica y humanitaria" y reconoció el esfuerzo de la comunidad internacional para buscar una solución a los "problemas que afligen a esa población".