Ciudad del Vaticano. El Papa Francisco, en una declaración emitida este jueves, instó a la sociedad a no permanecer “indiferente” frente a las “tragedias” que enfrentan los migrantes al cruzar el peligroso Mediterráneo. Este llamado llega en la estela de un trágico naufragio reportado recientemente, en el que 41 personas están desaparecidas, incluyendo a tres niños.
Con pesar, el Sumo Pontífice se refirió a este nuevo incidente, manifestando en su perfil de la plataforma digital “X” (anteriormente conocida como Twitter): “He recibido con dolor la noticia de un reciente naufragio de migrantes en el Mediterráneo”. Asimismo, llamó a la comunidad global a rechazar la indiferencia y elevar plegarias por las víctimas y sus familias, resaltando la urgencia de reconocer y abordar estas tragedias humanas.
De acuerdo con el testimonio de los cuatro sobrevivientes de este evento, el navío en el que viajaban, una pequeña embarcación de metal de apenas siete metros de longitud, se volcó debido a las adversas condiciones climáticas en la madrugada del viernes 4 de agosto. El naufragio ocurrió poco después de que la embarcación partiera del puerto de Sfax, ubicado en Túnez.
Los sobrevivientes, entre los que se encontraba un menor de 13 años sin acompañamiento, una mujer y dos hombres, lograron ser rescatados por un barco mercante. Posteriormente, fueron auxiliados por la guardia costera y trasladados a la pequeña isla italiana de Lampedusa. En ese lugar, brindaron detalles acerca de lo ocurrido a sus compañeros migrantes.
Cabe destacar que estos migrantes provenían de Guinea y Costa de Marfil, y tuvieron que lidiar con días a la deriva mientras flotaban en cámaras de aire, según relataron los sobrevivientes que lograron escapar de esta trágica situación.
El papa Francisco, cuyo compromiso con las cuestiones migratorias es conocido, frecuentemente emite llamados en favor de la acogida de migrantes, incluso en naciones caracterizadas por políticas antimigrantes inflexibles.
Un ejemplo de esto ocurrió durante su visita a Hungría en abril pasado, cuando frente a una audiencia de decenas de miles de personas, hizo un enérgico llamado a “abrir las puertas” para los migrantes.
Es pertinente recordar que su primer viaje internacional después de asumir el liderazgo de la Iglesia Católica en 2013 fue a la isla de Lampedusa, considerado el punto de entrada inicial para muchas personas que aspiran a alcanzar el continente europeo en busca de refugio y una vida mejor.
Las cifras proporcionadas por Naciones Unidas ponen de manifiesto la gravedad de la situación: desde enero, más de 1.800 individuos perdieron la vida en naufragios ocurridos en la ruta migratoria central del Mediterráneo, consolidándose como la travesía más mortífera del planeta. Estos datos representan una cifra que supera en más del doble las estadísticas del mismo período en 2022.