Irán, una república islámica de 84 millones de habitantes, se enfrenta a una convulsa situación social que ya dejó, como mínimo, 17 personas fallecidas en apenas seis días de protestas.
La muerte de una joven de 22 años, Mahsa Amini, mientras permanecía bajo custodia de la “policía de la moral” iraní, fue el detonante de las revueltas. No obstante, los estrictos códigos de vestimenta impuestos por la religión islámica a las mujeres llevan en tela de juicio mucho tiempo.
Amini fue arrestada el 13 de setiembre en Teherán, capital iraní, por “usar el velo de manera inapropiada”. Según declaró el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, la policía de la moral iraní es “responsable” de la muerte de la joven, que falleció el 16 de setiembre en un hospital. Dicha entidad impuso sanciones económicas fundamentadas en “el abuso y la violencia contra las mujeres iraníes y la violación de los derechos de los manifestantes pacíficos”.
Según las leyes islámicas, las mujeres iraníes deben cubrirse el pelo y no pueden usar abrigos cortos arriba de las rodillas, pantalones ajustados o pantalones con agujeros, un estricto código de vestimenta controlado por la policía de la moral y calificado como machista.
Según militantes, Mahsa Amini recibió un golpe mortal en la cabeza, pero las autoridades iraníes lo niegan.
En Nueva York, el presidente iraní, Ebrahim Raisi, dijo que el deceso será investigado y aseguró haberse puesto “en contacto con la familia de la difunta”. No obstante, Raisi también es blanco de críticas, especialmente después de que exigiera a la periodista de CNN Christiane Amanpour utilizar el velo durante una entrevista, imposición que ella rechazó. La entrevista no se concretó.
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Por ahora, las manifestaciones, que comenzaron inmediatamente después del anuncio de la muerte de Amini, han alcanzado15 ciudades en todo Irán. Medios reportaron que entre los fallecidos hay tanto manifestantes como policías.
Sin embargo, las autoridades iraníes negaron su implicación en la muerte de los manifestantes. Los Guardianes de la Revolución, la policía política del país, denunciaron una “guerra mediática a ultranza” y una “conspiración condenada al fracaso”.
Videos publicados en Internet muestran a manifestantes gritando frases como “muerte al dictador” y “mujeres, vida, libertad”, quemando velos o destruyendo imágenes del líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, o del general Qassem Soleimani, muerto en un ataque estadounidense, en Irak, en el 2020.
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Amnistía Internacional denunció que las fuerzas de seguridad dispararon contra la multitud con perdigones y usaron gases lacrimógenos y cañones de agua. Según la agencia oficial IRNA, los manifestantes lanzaron piedras a los agentes y quemaron coches policiales.
Todo este ambiente convulso tiene como agravante el bloqueo de redes sociales por parte del gobierno iraní. Desde el inicio de las manifestaciones, las conexiones de internet se ralentizaron, pero además las autoridades limitaron el acceso a plataformas como Instagram, WhatsApp, YouTube, Facebook, Telegram, Twitter y TikTok.
“Por decisión de las autoridades, no es más posible acceder en Irán a Instagram desde la noche del miércoles y el acceso a WhatsApp también está interrumpido”, anunció la agencia de prensa Fars.
Expertos de derechos humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) juzgaron que “estas perturbaciones forman parte de los esfuerzos para sofocar la libertad de expresión y limitar las manifestaciones”.
El jueves, las autoridades detuvieron a dos mujeres fotógrafas, Nilufar Hamedi y Yalda Moayeri, así como al activista reformista Mohamad Réza Jalaipur, informaron los medios de comunicación locales.
Iran International, una cadena televisiva en Londres, afirmó que un militante por la libertad de expresión, Hossein Ronaghi, fue detenido cuando iba a darles una entrevista.
‘Velo debe ser opcional’
“¡No al velo, no al turbante, sí a la libertad y a la igualdad!”, gritaron los manifestantes en Teherán, en consignas que tuvieron eco en actos de solidaridad en Nueva York o Estambul.
Mahtab, una maquilladora de 22 años con un velo naranja que dejaba ver sus cabellos, declaró en Teherán que “el velo debe ser una opción, no se nos debe imponer”.
Las manifestaciones constituyen “una sacudida muy importante” en Irán y “una crisis social”, comentó a la AFP David Rigoulet-Roze, investigador del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas, en Francia.
El viernes, convocadas por una organización gubernamental, habrá manifestaciones a favor del uso del velo en todo el país, según la agencia IRNA, y “en protesta contra las indecentes acciones de algunos mercenarios que incendian mezquitas y la sagrada bandera iraní”.
Estas manifestaciones están entre las más importantes en Irán desde las de noviembre del 2019, provocadas por el alza del precio de la gasolina en plena crisis económica. Un centenar de ciudades se vieron afectadas por las protestas, severamente reprimidas. El balance oficial fue de 230 muertos y más de 300 heridos, según Amnistía Internacional.