Toulouse, Francia. Por primera vez en su historia, el santuario de Lourdes cerró sus puertas este martes por un tiempo indefinido, en momentos en que Francia entró en confinamiento para luchar contra el avance de la pandemia del nuevo coronavirus.
El santuario, que atrae cada año a millones de católicos de todo el mundo, muchos de ellos de salud frágil, había adoptado a principios de marzo una serie de medidas para protegerse contra el coronavirus.
Ya habían sido cerrados los estanques en los que los peregrinos enfermos se sumergen con la esperanza de curarse, situados cerca de la gruta donde, según la tradición cristiana, la Virgen apareció a la pastora Bernadette Soubirous en 1858.
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Pero al pasar el país al confinamiento, se dio un paso adelante: "por primera vez en su historia, el santuario cerrará sus puertas por algún tiempo", anunció en Twitter su responsable, Olivier Ribadeau Dumas.
El santuario, recordó, ya había cerrado en 2013 durante grandes inundaciones. Pero sólo fue por tres días.
Sin embargo, no hay descanso para el culto: "las oraciones continúan en el santuario, con los (30)capellanes que van a rezar por el mundo de la mañana a la tarde en la gruta", dijo a la AFP la dirección de lugar.
Los fieles podrán seguir esas oraciones en directo a través de los canales de televisión católicos, precisó.
El lunes por la noche, el presidente Emmanuel Macron declaró la “guerra” contra el coronavirus que en Francia deja 148 muertos de 6.633 contaminados, y anunció nuevas medidas estrictas de confinamiento al menos durante 15 días.
De la angustia a la responsabilidad
Esta epidemia, justo antes del inicio de la temporada de los peregrinajes a inicios de abril, es una “catástrofe” para Lourdes, afirmó Josette Bourdeu, alcaldesa de la ciudad mariana.
"Después, aunque sea una gran decepción, hay que ser fuerte, hay que ser justos, y si es el sacrificio que se debe hacer para detener esta epidemia catastrófica, entonces... hagámoslo", afirmó la funcionaria a la AFP.
Aunque en el departamento de los Altos Pirineos hasta ahora sólo registra seis casos de coronavirus, el secretario de Estado de Turismo, Jean-Baptiste Lemoyne, había subrayado desde la semana pasada el "choque masivo" infligido por la epidemia a Lourdes, "segunda ciudad hotelera de Francia", durante una visita de apoyo a los profesionales del sector.
Más de 250.000 reservas fueron canceladas desde comienzos de la epidemia, según Christian Gélis, presidente de la Unión de los Oficios y de la Industria Hotelera de Altos Pirineos y Lourdes.
Sin embargo, “hoy pasamos la etapa de la angustia, estamos en la de la hiperresponsabilidad”, afirmó. Al principio de la epidemia, “nos asustamos un poco por nuestros pequeños negocios pero ahora que las realidades están sobre la mesa, todo el mundo ha vuelto a tener sangre fría”.
El cierre del santuario "no cambia nada", estimó. "De todas formas la gente no habría venido, todas las peregrinaciones fueron canceladas" por sus organizadores, afirmó.
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"Económicamente es duro, sí, pero tenemos los medios para resistir a corto plazo, para limitar las pérdidas siendo ayudados como lo estamos" por el gobierno, sostiene Gélis, quien se congratula de las medidas acordadas por los poderes públicos, como prórrogas de pagos, aplazamientos fiscales y otras.
No obstante, también espera una recuperación con un alargamiento de la temporada de peregrinaciones en octubre o noviembre.
También se estudia en el santuario “para que personas de países de otros hemisferios puedan venir aquí durante sus vacaciones”, según el rector.