Washington. Los senadores estadounidenses develaron este martes un proyecto de ley para restringir el acceso a las armas de fuego luego de una serie de tiroteos mortales, un texto limitado pero celebrado como el primer esfuerzo en décadas en afrontar el espinoso tema.
“Esta legislación bipartidista sobre seguridad con las armas es un progreso y salvará vidas. Aunque no es todo lo que queremos, esta legislación es necesitada urgentemente”, dijo el líder de la mayoría demócrata en la Cámara Alta, Chuck Schumer, en un comunicado.
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El grupo expresó confianza de que el texto tendrá suficiente apoyo entre los cien senadores (50 republicanos y 50 demócratas) para que llegue a las manos del presidente Joe Biden tan pronto como la semana próxima.
Las propuestas limitadas no van tan lejos como las reformas solicitadas por el presidente, Joe Biden, como la prohibición total de los rifles de asalto. Pero Chris Murphy, el senador que lidera las negociaciones por los demócratas, saludó el proyecto de ley como la “pieza más significativa de la legislación contra la violencia armada en casi 30 años”. “Este proyecto de ley va a salvar miles de vidas”, tuiteó.
Los legisladores trabajaron durante semanas bajo presión, en medio de una renovada atención en Estados Unidos sobre la violencia con armas de fuego tras el asesinato de 19 niños y dos maestras en una escuela en Texas y 10 afroestadounidenses en un supermercado en el estado de Nueva York, ambos casos en mayo.
La última ley federal de control de armas fue aprobada en 1994 y prohibía la fabricación para uso civil de rifles de asalto y recámaras de alta capacidad. Pero expiró una década después, sin que se aprobaran nuevas reformas, a pesar del alza en el promedio de tiroteos diarios, que llega a este año a 11, según el grupo Gun Violence Archive.
El grupo bipartidista de senadores acordó un marco el 12 de junio que incluye mayores controles de antecedentes para los compradores de armas menores de 21 años, $11.000 millones de financiación para la salud mental y $2.000 millones para programas de seguridad escolar.
El proyecto también pide financiación para incentivar a los estados a aplicar leyes de “bandera roja” para retirar las armas de fuego a las personas consideradas una amenaza. De su lado, la Asociación Nacional del Rifle (NRA), el poderoso lobby por los derechos de las armas en Estados Unidos, rechazó el acuerdo.
“Nos opondremos a esta legislación de control de armas porque se queda corta en todos los niveles”, dijo la NRA en un comunicado. “Hace poco para abordar realmente los delitos violentos, mientras que abre la puerta a cargas innecesarias sobre el ejercicio de la libertad de la Segunda Enmienda por parte de los propietarios de armas respetuosos de la ley”.
Derechos a las armas
Las conversaciones se vieron entorpecidas por múltiples problemáticas, pero parece que se resolvieron, con concesiones por ambas partes. La primera era el de los programas de “bandera roja”, que muchos conservadores consideran que violan el derecho al debido proceso de las personas acusadas de ser una amenaza.
Los demócratas del Senado acordaron que el proyecto de ley final de control de armas ampliaría la financiación de los estados con políticas de bandera roja para incluir también a los estados con otros programas de intervención en crisis.
Y los demócratas consiguieron que los republicanos aceptaran cerrar la denominada laguna del “novio”. Según la ley federal, se prohíbe a las personas comprar armas de fuego si son condenadas por violencia doméstica y estuvieron casadas, convivieron o comparten un hijo con la víctima.
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Los demócratas aseguraron que esa ley incluirá ahora a otro tipo de parejas. Los líderes demócratas del Senado esperan aprobar el proyecto de ley este fin de semana, cuando los miembros empiezan un receso de dos semanas.
La Cámara de Representantes, dominada por los demócratas, probablemente permanecerá en sesión hasta el fin de semana o traerá a los representantes durante el receso para enviar la legislación a Biden.
De su lado, Biden impulso reformas más sustanciales, como la prohibición de los rifles de asalto —que se utilizaron en los tiroteos de Texas y Nueva York— y de los cargadores de alta capacidad.
Pero el desafío político de legislar en un Senado 50—50, donde la mayoría de los proyectos de ley requieren 60 votos para aprobarse, significa que las reformas de mayor alcance son poco realistas.