Christchurch, Nueva Zelanda. Al menos 49 personas murieron en ataques a mansalva en dos mezquitas donde los feligreses asistían a las oraciones del viernes, perpetrados por un supremacista blanco antiinmigrante con dos fusiles de asalto y una escopeta.
El agresor transmitió los ataques en videos en vivo con imágenes horrendas.
El hombre, identificado como Brenton Tarrant, australiano de 28 años, fue arrestado y acusado de homicidio, y otros dos sospechosos armados quedaron detenidos mientras la Policía trataba de averiguar cuál había sido su papel.
El sospechoso compareció el sábado (tiempo local) ante un tribunal en Christchurch, que lo inculpó de asesinato.
Esposado y vestido con una camiseta blanca de detenido, el exentrenador físico y militante de extrema derecha, escuchó impasible los cargos leídos en su contra. No solicitó fianza y permanecerá en prisión hasta su próxima comparecencia ante el tribunal fijada para el 5 de abril.
“Está claro que esto solo puede ser calificado de ataque terrorista” , dijo la primera ministra, Jacinda Ardern, y añadió que muchas de las víctimas serían migrantes o refugiados.
Arden precisó durante una rueda de prensa que el sospechoso había reunido un arsenal y tenía un permiso de armas, y prometió reformas. “Les garantizo que nuestras leyes sobre las armas van a cambiar”.
El país había restringido la legislación de acceso a armas semiautomáticas en 1992 tras una matanza de 13 personas en la ciudad de Aramoana, en la isla Sur.
”El atentando suscitó una cascada de condenas en todo el mundo, desde el papa Francisco hasta la reina Isabel II, pasando por el presidente estadounidense, Donald Trump, y su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan.
El supuesto autor difundió en directo en las redes sociales las imágenes de sus ataques, donde se le ve pasar de víctima en víctima, disparando contra los heridos cuando intentaban huir.
Estupor
Los ataques a sangre fría provocaron estupor en esta nación de 5 millones de habitantes, un país de leyes relativamente tolerantes en cuanto a la posesión de armas, pero donde hay pocos homicidios y es tan pacífico que los agentes de policía suelen andar desarmados. Además, se lo considera un país acogedor para inmigrantes y refugiados.
La ciudad de Christchurch, que aún se recupera de un terremoto que causó destrucción en el 2011, se encontraba conmocionada por un hecho de violencia que alteró la tranquilidad que la caracteriza.
Las autoridades búlgaras y turcas anunciaron que investigaban sobre sendas visitas del atacante a sus países.
Antes de pasar a la acción, el hombre, que se presenta como un blanco de clase obrera con pocos recursos, publicó en Twitter un manifiesto racista de 74 páginas titulado El gran reemplazo, en alusión a una teoría originada en Francia y que va ganando terreno entre los círculos de la ultraderecha según la cual los “pueblos europeos” son “reemplazados” por poblaciones no europeas inmigrantes.
El documento detalla dos años de radicalización y preparativos. Afirma que los momentos claves de su radicalización fueron el fracaso de la dirigente ultraderechista Marine Le Pen en las elecciones francesas del 2017 y la muerte de la pequeña Ebba Åkerlund de 11 años en un atentado con camión en abril del 2017 en Estocolmo.
Las cuentas en Twitter, Instagram y Facebook donde fue publicado el video, las fotos y el manifiesto fueron desactivadas.
Los dos templos atacados fueron el de de Masjid al Noor, en el centro de Christchurch, donde murieron 41 personas, y el de Linwood, en las afueras, donde siete personas perdieron la vida. Otra víctima sucumbió a sus heridas en el hospital. Entre las víctimas mortales figuran mujeres y niños. Hubo 48 heridos por bala, quienes estaban hospitalizados.
Si bien no había razones para creer en la existencia de otros sospechosos, la primera ministra informó de que se elevó el nivel nacional de alerta de bajo a alto.
La Policía advirtió a la gente de que no acudiera a las mezquitas en todo el país.
La aerolínea Air New Zealand canceló varios vuelos de salida y arribo a Christchurch.
La Policía puntualizó que la investigación se extendió 360 kilómetros hacia el sur, donde se evacuaron domicilios en Dunedin en torno a un “lugar de interés”. No se dieron detalles.
Momentos de terror
En una de las mezquitas, un palestino que no quiso ser identificado relató que vio cómo un hombre era abatido de un disparo en la cabeza."Escuché tres disparos rápidos y después de unos diez segundos todo comenzó de nuevo. Debe haber sido un arma automática porque nadie puede apretar el gatillo tan rápidamente".
Según su testimonio, “las personas comenzaron a correr. Algunas estaban cubiertas de sangre”.
El testigo Len Peneha expresó que vio a un hombre vestido de negro, la cabeza cubierta por un casco coronado por algún dispositivo, entrar a la mezquita de Al Noor y a continuación escuchó disparos y vio a la gente aterrada salir corriendo.
Peneha, vecino de la mezquita, indicó que el agresor salió, dejó caer lo que parecía ser un arma automática y huyó. Luego
Peneha entró a la mezquita para ayudar.“Vi muertos por todas partes. Había tres en el vestíbulo, en la puerta de entrada a la mezquita y en el interior de la mezquita”, rememoró.
En el video transmitido en vivo, el asesino dispara ráfagas a los feligreses aterrados durante más de dos minutos. Luego sale y dispara a la gente en la acera. Se escuchan gritos de niños mientras regresa a su auto a buscar otro fusil. Regresa al templo donde hay al menos una veintena de personas tendidas en el suelo.
Vuelve a salir, le dispara a una mujer y sube a su auto en el que suena a todo volumen la canción Fire de la banda británica de rock The Crazy World of Arthur Brown. El cantante vocifera “¡soy el dios del fuego infernal!” y el asesino parte.
El segundo ataque tuvo lugar en la mezquita de Linwood, a unos cinco kilómetros del primero.
Mark Nichols declaró al diario New Zealand Herald que escuchó cinco disparos y un feligrés respondió con un fusil o escopeta.
De acuerdo con el video, el asesino pasó 10 minutos en la primera mezquita y después llegó la Policía. La grabación muestra que portaba una escopeta y dos fusiles automáticos de asalto con un cargador adicional sujeto con cinta a una de las armas para recargarla rápidamente. Tenía otras armas de asalto y aparentemente algunos explosivos en la cajuela de su auto.
Las imágenes del video difundido son “extremadamente angustiosas”, previno la Policía neozelandesa. Las autoridades advirtieron de que compartir la grabación en las redes sociales podría acarrear penas de hasta 10 años de cárcel.
Repudio generalizado
Gobernantes de todas partes del mundo condenaron los ataques y expresaron sus condolencias.
El primer ministro pakistaní, Imran Khan, y otros gobernantes islámicos dijeron que los ataques eran muestras de la hostilidad creciente hacia los musulmanes.
“Yo atribuyo estos ataques crecientes a la islamofobia reinante posterior a los ataques del 11 de setiembre (en Estados Unidos) en la que se culpa colectivamente al islam y 1.300 millones de musulmanes de cualquier acto de terror por un musulmán” , tuiteó.
I blame these increasing terror attacks on the current Islamophobia post-9/11 where Islam & 1.3 bn Muslims have collectively been blamed for any act of terror by a Muslim. This has been done deliberately to also demonize legitimate Muslim political struggles. https://t.co/5bBREoayLz
— Imran Khan (@ImranKhanPTI) March 15, 2019
“Mis más sinceras condolencias y mis mejores deseos a la gente de Nueva Zelanda tras la horrible masacre en las mezquitas. 49 inocentes han muerto sin sentido, con muchos más heridos de gravedad”, escribió Trump en Twitter.
Trump, cuya retórica a veces está alineada con la extrema derecha de Estados Unidos, agregó: “Estados Unidos respalda a Nueva Zelanda en todo lo que podamos hacer. ¡Dios los bendiga a todos!”.
“Espero que todos los que están implicados en este crimen sean castigados”, escribió el presidente ruso, Vladimir Putin, en un telegrama enviado a la primera ministra neozelandesa, según el Kremlin.
“Estos ataques terroristas contra dos lugares de oración deben incitarnos a no ser tolerantes con las corrientes y los grupos racistas que cometen este tipo de acciones abyectas”, expuso en un comunicado el gran imán de Al Azhar, la principal institución del islam sunita