Washington. Cediendo a la presión de aliados ansiosos y de voces desde el exterior, el presidente Donald Trump firmó el miércoles una orden ejecutiva que pone fin a la separación de las familias que son detenidas al entrar a Estados Unidos sin autorización.
Fue un giro drástico para Trump, quien equivocadamente había insistido en que no tiene más opción que separar a las familias porque está obligado por la ley y un fallo judicial.
En las noticias de los últimos días han primado las imágenes de niños encerrados en jaulas en la frontera, y grabaciones de audio de niños que lloran y claman por sus padres.
Las imágenes han causado enojo, cuestionamientos sobre moralidad y preocupación de los republicanos sobre el impacto negativo en las elecciones de medio periodo en noviembre.
Hasta el miércoles, el mandatario, la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, y otros funcionarios habían reiterado que la única manera de poner fin a las separaciones era mediante una nueva ley aprobada en el Congreso, pero los demócratas insistían en que podría hacerse con la firma de Trump.
Eso fue lo que hizo el miércoles. “Vamos a tener fronteras muy, muy seguras, pero mantendremos unidas a las familias” , dijo Trump, quien agregó que no le gustaba la “imagen” ni el “sentimiento” de los menores separados de sus padres.
“Creo que cualquiera con un corazón podría actuar de la misma manera”, agregó, y señaló que su hija Ivanka y su esposa, Melania, tenían sentimientos “muy fuertes” sobre el tema.
Ivanka Trump tuiteó: “Gracias @POTUS por tomar una medida crucial y poner fin a la separación de familias en nuestra frontera” .
Thank you @POTUS for taking critical action ending family separation at our border. Congress must now act + find a lasting solution that is consistent with our shared values;the same values that so many come here seeking as they endeavor to create a better life for their families
— Ivanka Trump (@IvankaTrump) June 20, 2018
Sin embargo, subrayó que la lucha contra la inmigración ilegal en la frontera será “igualmente dura, si no más dura”.
“Debemos mantener nuestras fronteras fuertes. O seremos invadidos por el crimen y por personas que no deberían estar en nuestro país”, arguyó durante una reunión con legisladores republicanos en la Casa Blanca.
Agregó que su orden no acabaría con la política de “tolerancia cero” que procesa a los adultos que son detenidos al cruzar la frontera sin autorización.
Detenidas, pero juntas
La orden tiene el objetivo de mantener a las familias unidas mientras son detenidas, acelerar sus casos y pedirle al Departamento de Defensa que ayude a hospedar a las familias.
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Pero bajo un acuerdo previo al que se llegó luego de una demanda colectiva en el cual se impusieron normas para atender y liberar a menores capturados en la frontera, las familias solo pueden ser detenidas 20 días.
Un funcionario del Departamento de Justicia indicó que eso no ha cambiado. “Es una medida temporal” , expresó Gene Hamilton, asesor del fiscal general.
Los abogados de la dependencia planeaban impugnar el acuerdo, conocido como el acuerdo Flores, y pedirle a un juez que permita que las familias estén detenidas hasta que se completen los procesos criminales y de deportación.
De marzo a mayo, más de 50.000 personas por mes, la mayoría de Guatemala, El Salvador y Honduras, pero también de México, fueron detenidas por cruzar ilegalmente la frontera, una cifra en alza desde octubre.
Un 15% llega en grupos familiares, 8% son menores no acompañados. Casi todas las familias, y muchos otros, solicitaron asilo por la violencia en sus países de origen.
La política de separación obligatoria de niños y adultos fue anunciada el 7 de mayo buscando disuadir a los migrantes, y provocó controversia al conocerse estremecedores relatos de niños en instalaciones preparadas para ellos.
Los menores son retenidos por patrulleros fronterizos en espacios cercados que parecen jaulas, donde los pequeños “lloran y gritan llamando a sus mamás”, contó en El Paso, Texas, la pediatra Marsha Griffin, quien visita centros de detención temporal, entre ellos los de bebés y niños pequeños.
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El gobierno de Trump no explicó hasta ahora como se reencontrarán con sus familias los miles de niños separados hasta ahora.
Problemas y dudas
Así que la orden de Trump probablemente genere una serie de nuevos problemas y podría iniciar una nueva batalla en los tribunales.
No es claro qué sucede si no se hacen cambios a la ley o al acuerdo para cuando las familias lleguen al límite de detención.
El decreto de Trump no hizo mucho para aliviar la indignación colectiva.
El Southern Poverty Law Center, de Alabama, opinó que la orden para nada fue suficiente. “El gobierno todavía planea criminalizar a las familias, incluso los niños, al tenerlos en centros de detención que parecen cárceles”, puntualizó en un comunicado su presidente Richard Cohen.
Tampoco es claro qué sucederá con los niños que ya fueron separados.
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Álex Azar, secretario de Salud y Servicios Humanos, indicó que su departamento comenzará a reunir niños inmigrantes detenidos con sus padres, pero no especificó cuán rápido lo hará.
Y funcionarios dijeron que los casos de menores que ya fueron separados y entregados a su cuidado, serán procesados como de costumbre.
El acuerdo Flores, llamado así por una adolescente que fue traída a Estados Unidos en la década de 1980, requiere que el Gobierno entregue los menores que han sido detenidos a sus padres, parientes adultos u otros tutores.
Si esas opciones se agotan, las autoridades deben hallar el lugar “menos restrictivo” para el niño que llega sin padres.