Washington. “¡Es el presidente de Estados Unidos quien decide!”. Determinado a ser quien tenga la última palabra sobre el fin del confinamiento en su país, el presidente Donald Trump parece dispuesto a enfrentarse a los gobernadores, a riesgo de crear confusión entre los ciudadanos.
Tras las primeras señales positivas en torno a la covid-19, vinculadas a la estabilización del ritmo de contagios, el debate rápidamente pasó a cómo "volver a abrir el grifo" sin dejar de estar atentos a una eventual reactivación de la pandemia.
El presidente republicano, quien no ha dado detalles del calendario que tiene pensado, debe en principio anunciar este martes la composición de su “comité sobre la reapertura” del país.
Aunque ya aseguró que ni su hija Ivanka ni su yerno Jared Kushner lo integrarán, las formas y objetivos de esta nueva estructura son aún bastante inciertos.
Al margen de esa pugna política, el máximo experto del gobierno estadounidense en enfermedades infecciosas, el doctor Anthony Fauci, declaró el martes que el país todavía no tiene los procedimientos de pruebas y rastreo necesarios para empezar a reabrir la economía, y aconsejó suma cautela pese a las expresiones optimistas de la Casa Blanca.
“Tendríamos que tener listo un sistema que sea eficiente, en el que podamos confiar, y no hemos llegado allí”, declaró en entrevista con The Associated Press (AP).
De momento, su voluntad de tomar todas las decisiones desde la Casa Blanca, tras semanas de haber destacado la responsabilidad de los gobernadores por las carencias ante la pandemia, genera muchas tensiones.
"Cuando alguien es presidente de Estados Unidos, su autoridad es total (...). Los gobernadores lo saben", dijo el lunes en una conferencia de prensa.
La dura respuesta del gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, no se hizo esperar.
"La posición del presidente es simplemente absurda. Eso no es lo que dice la ley. Eso no es lo que dice la Constitución. No tenemos un rey, tenemos un presidente", aseguró en la mañana del martes a la cadena CNN.
“Cuomo ha llamado diariamente, a veces a cada hora, para pedir de todo”, reaccionó Trump en Twitter. “He hecho de todo para él y para todos los demás, ¡y ahora parece que quiere independencia! ¡Eso no sucederá!”, escribió.
Potestades
El inquilino de la Casa Blanca puede ciertamente marcar el tono, fijar el rumbo, pero el sistema federal da a los gobernadores de los 50 estados el poder de tomar o levantar medidas obligatorias de confinamiento.
Y hasta el momento, Trump lo que ha hecho es emitir recomendaciones de distanciamiento social hasta fines de abril.
“El presidente no tiene ninguna autoridad legal para invalidar las decisiones de confinamiento tomadas a nivel de los estados o reabrir escuelas y pequeños comercios”, destacó en Twitter Stephen Vladeck, profesor de Derecho de la Universidad de Texas. “Ninguna disposición constitucional le confiere tal autoridad”.
Dear Internet:
— Steve Vladeck (@steve_vladeck) April 14, 2020
Declaring a "national emergency" allows the President to unlock certain statutes that apply only *during* emergencies. It does not give the President any general power to do whatever he wants. He still must identify specific statutes authorizing specific actions.
Desde hace días, en las dos costas de Estados Unidos, los gobernadores mantienen reuniones para coordinar sus respuestas.
En el este, Nueva York, Nueva Jersey, Connecticut, Rhode Island, Massachusetts, Delaware y Pensilvania. En el este, California, Oregón y Washington.
Para delimitar su territorio, Cuomo fue aún más explícito y manifestó que podrían acordar una eventual medida cautelar contra el presidente.
"Si me da la orden de reiniciar de una forma que pone en peligro la salud pública en mi estado, no lo haré", declaró, estimando que eso llevaría a un combate en los tribunales que Estados Unidos no puede permitirse en el contexto actual.
El aumento masivo de la realización de pruebas, las medidas de confinamiento específicas para mayores de 65 años, la reapertura progresiva de ciertos comercios: todos los gobernadores preparan sus planes de transición.
Y la mayoría advierte una realidad dura de aceptar: el nuevo coronavirus, causante de la enfermedad covid-19, no habrá desaparecido al finalizar el confinamiento. Una gran parte de la población lo habrá evitado y seguirá siendo susceptible a infectarse mientras no haya vacuna.
“Será un reinicio por etapas”, reiteró Cuomo. “No hay un interruptor”.
Demasiado optimista
Trump ha sugerido la posibilidad de reabrir algunos sectores de la economía para el 1.° de mayo.
Pero, a criterio del doctor Fauci, tal fecha “es un poco demasiado optimista”. El levantamiento de las restricciones de distanciamiento social tendrá que hacerse “de manera gradual” y no todo al mismo tiempo, advirtió, mientras resaltó que la covid-19 afectó a distintas partes del país de manera distinta.
Entre las máximas inquietudes de Fauci figuran la posibilidad de nuevos brotes en localidades donde las autoridades levanten restricciones, y sin que haya maneras de aplicar pruebas a la población, de aislar a los enfermos y de rastrear a las personas con la cual un enfermo tuvo contacto.
“Le garantizo: una vez sean levantadas las restricciones surgirán nuevas infecciones. Lo importante es saber cómo lidiar con esas infecciones”, expresó.
Es imperante “poner fuera de circulación a la gente que queda infectada, porque una vez que empiezan a surgir focos de infección uno está realmente está en problemas”.
Aparte de sus funciones como uno de los principales científicos del gobierno, Fauci se ha convertido en uno de los voceros de la respuesta oficial a la pandemia, y pasa horas cada semana al lado Trump en sus conferencias diarias en la Casa Blanca sobre la crisis.