Bruselas. La Comisión Europea autorizó el viernes la vacuna de AstraZeneca/Oxford contra el coronavirus, la tercera que ya puede ser distribuida entre los 27 países de la Unión Europea (UE), después de las de Pfizer/BioNTech y Moderna, anunció la presidenta de la Comisión, Úrsula von der Leyen.
“Espero de la empresa que entregue las 400 millones de dosis como acordado”, insistió la jefa del Ejecutivo europeo en Twitter, en pleno forcejeo entre la compañía británica y los dirigentes europeos a causa de importantes retrasos de producción.
“Seguiremos haciendo todo lo que sea posible para garantizar las vacunas para todos los europeos, para nuestros vecinos y nuestros socios en todo el mundo”, indicó.
Previamente, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) había recomendado la autorización de esa vacuna, para mayores de 18 años, y declaró que el medicamento puede ser utilizado para pacientes de la tercera edad.
“EMA ha recomendado la autorización de fabricación condicional para la vacuna de AstraZeneca contra la covid-19 para personas de más de 18 años”, explicó la institución mediante un comunicado.
El laboratorio británico y los científicos de la Universidad de Oxford saludaron de inmediato la decisión de la EMA y afirmaron que trabajarán para proporcionar “un acceso amplio y justo” al fármaco.
La aprobación “refuerza el apoyo, tras el riguroso examen de los reguladores, al hecho de que la vacuna puede utilizarse para proteger a las poblaciones”, afirmó Andrew Pollard, director del equipo de Oxford.
“No solo es eficaz y bien tolerada, sino también fácil de administrar y, lo que es más importante, protege plenamente contra la enfermedad grave y las hospitalizaciones”, afirmó por su parte el director general del laboratorio, Pascal Soriot.
Pugna por dosis
La luz verde a la vacuna se conoció luego de que la Comisión Europea divulgó, con párrafos confidenciales mantenidos en reserva, las 41 páginas del contrato con AstraZeneca por las vacunas contra el covid-19, para aumentar la presión sobre la compañía farmacéutica después de las anunciadas demoras en las entregas.
De común acuerdo entre ambas partes, párrafos enteros -y en un caso hasta una página completa- quedaron cubiertos, en particular los puntos referidos a precios, modalidades de pago y calendario preciso de las entregas de vacunas.
La divulgación respondió a una agria controversia entre la UE y el laboratorio centrada en dos puntos críticos de desacuerdo: el alcance de la idea del “mejor esfuerzo” para cumplir las metas, y el papel de las fábricas de AstraZeneca en el Reino Unido en la producción de vacunas para la UE.
El portavoz de la Comisión, Eric Mamer, afirmó que la divulgación del contrato muestra que el acuerdo firmado incluye las fábricas de AstraZeneca en el Reino Unido y que “estas plantas contribuirán al esfuerzo (...) para entregar dosis a la Unión Europea”.
El director general de la AstraZeneca, Pascal Soriot, había argumentado esta semana que los retrasos en el programa de entregas de vacunas a la UE se deben a problemas en una planta situada en territorio europeo (en Bélgica).
La UE reaccionó enérgicamente, alegando que el contrato no estipula que la producción de las plantas en el Reino Unido esté reservada a ese mercado, y por ello el laboratorio debería utilizar esa producción para cumplir sus compromisos en Europa.
Una fuente europea sostuvo este viernes que el uso de las plantas británicas para suministrar vacunas a la UE “no es una opción, sino una obligación contractual (...) No hay fábricas opcionales”.
Mamer también señaló que la divulgación del contrato previamente confidencial probaría que AstraZeneca se había comprometido a un calendario de entrega claro y no simplemente a hacer los máximos esfuerzos para cumplir el contrato de la UE.
En sus declaraciones de esta semana, Soriot había insistido en que AstraZeneca se había comprometido a hacer su “mejor esfuerzo” en alcanzar metas de producción y distribución, una interpretación que la UE rechazó airadamente de inmediato.
En efecto, el contrato menciona reiteradamente la fórmula del “mejor esfuerzo”, pero la UE alega que esa expresión legal se refiere a un momento en que aún no era seguro de alcanzar una vacuna eficaz contra el covid-19.