Bruselas. La Comisión Europea anunció el viernes que había reservado en nombre de los 27 Estados miembros 300 millones de dosis de la vacuna contra la covid-19 que está desarrollando el grupo farmacéutico Sanofi.
El Ejecutivo europeo mantiene, por otra parte, "intensas negociaciones" con otros fabricantes de vacunas, precisó en un comunicado.
"El contrato con Sanofi dará una opción a todos los Estados miembros para comprar la vacuna", explicó la Comisión.
“Aunque no sabemos a fecha de hoy qué vacuna será la más eficaz, Europa invierte en un portafolio diversificado de vacunas prometedoras a partir de diferentes tecnologías. Eso aumenta nuestras posibilidades de obtener rápidamente un remedio eficaz contra el virus”, explicó la presidenta de la Comisión, Úrsula von der Leyen.
Pocas horas antes de este anuncio en Bruselas, los grupos Sanofi y GSK anunciaron que recibirían $2.100 millones (1.772 millones de euros) de Estados Unidos para el desarrollo de la vacuna.
La potencial vacuna, desarrollada conjuntamente por la francesa Sanofi y la británica GSK y que se prevé que esté lista para el 2021, fue seleccionada por el programa estadounidense Operation War Speed, anunció Sanofi en un comunicado el viernes.
Este programa gubernamental prevé garantizar a los estadounidenses un acceso a la vacuna lo más rápido posible, a través de numerosos acuerdos firmados con laboratorios.
Esta colaboración "permitirá financiar las actividades de desarrollo y el aumento de las capacidades de fabricación de Sanofi y de GSK en Estados Unidos para la producción de la vacuna", informó Sanofi.
El laboratorio francés, que recibirá la mayoría de la financiación del Gobierno estadounidense, precisó que este último dispone además de una opción para el suministro de 500 millones de dosis suplementarias a largo plazo.
Antes de este nuevo acuerdo, Estados Unidos ya había gastado más de $6.000 millones (5.000 millones de euros) desde marzo para financiar proyectos competitivos, en laboratorios como Johnson & Johnson, Pfizer y AstraZeneca (en cuyos ensayos participó Brasil), y en dos pequeñas empresas de biotecnología, Novavax y Moderna.
Competencia por vacunas
Operaciones similares se multiplican en todo el mundo, ya que en la lucha contra la pandemia, los laboratorios deben acelerar las etapas de desarrollo de una vacuna y preparar sus unidades de producción sin ni siquiera conocer los resultados de los ensayos clínicos; es decir, sin saber si la vacuna verá la luz algún día.
Firmar acuerdos con los Estados les permite compartir los riesgos mientras que, a cambio, los gobiernos tienen garantizado un suministro de vacunas si las investigaciones tienen éxito.
Sanofi y GSK anunciaron el miércoles un acuerdo de 60 millones de dosis con el Reino Unido.
Esta competición levanta polémica, pues cuestiona el acceso a la vacuna de los países en vía de desarrollo, que no tienen los medios para financiar contratos tan grandes, y alimenta los temores a que sean suministrados de último.
A mediados de julio, el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas adoptó una resolución que señala que cualquier vacuna contra la pandemia de covid-19 debe ser considerada como “un bien público mundial” e insistió en la necesidad de un “acceso rápido, justo y sin trabas a medicamentos, vacunas, diagnósticos y terapias seguros, asequibles, eficaces y de calidad”.