Tuxtla Gutiérrez. Unos 350 centroamericanos de una caravana migrante ingresaron por la fuerza al sur de México en la madrugada de este viernes desde Guatemala, abriendo paso a cientos de personas con las que viajaban, informó el gobierno mexicano en un comunicado.
"Con una actitud agresiva, rompieron el candado que cierra la reja fronteriza e ingresaron al país", detalló el Instituto Nacional de Migración (INM), sin precisar la nacionalidad de los migrantes.
Según el INM, tras la irrupción del grupo en territorio mexicano más personas atravesaron la frontera, hasta alcanzar un total de 800 migrantes. Pero la AFP constató en horas de la mañana que el contingente alcanzaba unas 2.500 personas.
Algunos de los migrantes cruzaron también por el Río Suchiate, entre México y Guatemala.
La caravana se movilizaba esta tarde por la carretera mexicana que une a la fronteriza Ciudad Hidalgo con Tapachula, en el sureño estado de Chiapas.
"Allá ya no se puede vivir. Vamos a la frontera, a Estados Unidos", dijo Jorge, un joven hondureño mientras camina junto a sus amigos con sus pocas pertenencias, quien evitó dar su apellido.
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Entusiasmado, Jorge le comunica por teléfono a su madre que ingresó sin problemas a México. "De verdad, ¿no me lo cree usted?, estamos en México, ¡en México! y es bien bonito, mami".
No es la primera vez que un grupo de migrantes busca ingresar por la fuerza a este país. En octubre del año pasado, miembros de otra caravana migrante irrumpieron violentamente en un puente fronterizo con Guatemala.
A fines de noviembre, otro grupo buscó ingresar también por la fuerza a Estados Unidos desde la fronteriza Tijuana, aunque fueron repelidos por las autoridades estadounidenses con gases lacrimógenos.
Diariamente llegan a Tapachula grupos de migrantes de diferentes nacionalidades, principalmente centroamericanos, que tienen como objetivo llegar a Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida.
En esa ciudad, unos 150 migrantes africanos bloquearon el martes los accesos a una estación migratoria, en demanda de un permiso que les permita transitar por México para llegar a Estados Unidos.
El tema migratorio ha tensado la relación entre México y Estados Unidos en los últimos meses.
El presidente estadounidense Donald Trump considera a este éxodo, que se aceleró desde octubre, una amenaza de seguridad nacional, pues sostiene que entre los migrantes se ocultan peligrosos delincuentes e incluso terroristas, aunque sin dar pruebas de tales afirmaciones.
Por ello, el mandatario declaró en febrero en emergencia nacional la frontera sur, un mecanismo con el que busca conseguir fondos para construir un muro a lo largo de más de 3.000 kilómetros del límite con México, una de sus promesas de campaña más polémicas, pero que hasta ahora ha sido rechazada por el Congreso estadounidense.