Jerusalén. La televisión estatal israelí difundió ayer las terribles imágenes filmadas por una cámara de vídeo segundos antes del derrumbe en Jerusalén de un salón de fiestas, que dejó un saldo de por lo menos 30 muertos y más de 300 heridos.
Sobre la pista de baile de las salas del viejo edificio Versalles, donde estaban reunidos unos 650 invitados de una boda, pueden observarse los rostros de decenas de personas, sonrientes y danzando al ritmo de música oriental.
De pronto, las personas que bailan desaparecen, tragados por el vacío, y se escuchan gritos de las víctimas. En los bordes del agujero abierto, las personas aúllan y corren en todas direcciones, en estado de pánico, como todo el país, testigo de esta catástrofe civil, la más grave de su historia.
Los primeros entierros tuvieron lugar ayer por la tarde en Jerusalén, poco antes del comienzo del Shabbat, el descanso semanal judío, durante el cual los muertos no pueden ser inhumados.
La radio y la televisión difundieron continuamente reportajes y boletines informativos sobre la tragedia que ocupó la portada de los diarios, eclipsando por un día el sangriento conflicto israelo-palestino y sus más de 500 muertos, entre ellos 85 israelíes y más de 460 palestinos.
El presidente del Estado hebreo, Moshe Katsav, se hizo presente en el lugar para alentar a los equipos de socorro y reconfortar a las víctimas.
El primer ministro israelí, Ariel Sharon, que también efectuó una visita al lugar de la tragedia al final de la tarde, manifestó su "profunda conmoción" y prometió una "exhaustiva investigación sobre las causas del accidente".
Ocho personas fueron detenidas ayer a raíz de esta, la mayor tragedia civil en el país. Un portavoz de la policía, Shmuel Ben Ruby, afirmó que "cuatro propietarios (del edificio), un ingeniero, un empresario y otras dos personas implicadas" habían sido detenidas. Permanecerán en custodia hasta que se determine si deben ser o no acusados.
Por su parte, la dirección palestina se declaró "apenada" por la tragedia y propuso aportar su ayuda a Israel en las operaciones de socorro.
Al parecer, varias decenas de personas, vivas o muertas, todavía se encontraban al caer la noche del viernes bajo los escombros de la sala.