Jerusalén. AFP y AP. El primer ministro israelí, Ehud Olmert, anunció la creación de una comisión de investigación pública para aclarar los errores de la guerra en Líbano, en lugar de una comisión estatal con mayor poder.
Olmert admitió por primera vez, sin ambages, que hubo errores en la guerra en Líbano, pero estimó que el balance del conflicto resultó en general positivo para Israel.
“No estábamos preparados como deberíamos haberlo estado. No siempre obtuvimos los resultados esperados. Hubo fallos, incluso fracasos. Aunque el balance general sea positivo, no debemos enmascarar esos fallos”, declaró.
Olmert reiteró su llamado de atención sobre la amenaza que representa Irán y su presidente, al que calificó como un “enemigo que odia a Israel”, afirmando que Israel debe aprender la lección de esta guerra lo antes posible.
El Primer Ministro anunció que la comisión que nombrará estará presidida por Nahum Admoni, exjefe del Mosad (inteligencia israelí), quien estará encargado de examinar la conducta del gobierno durante la guerra.
La comisión, que incluirá además un general de reserva y dos profesores universitarios, estará encargada de examinar el comportamiento de la defensa civil durante el conflicto, “mientras que el ejército haría su propia investigación sobre la guerra”, aclaró.
Muchos israelíes consideran, sin embargo, que una comisión estatal es más creíble pues sus miembros son nombrados por el presidente de la Corte Suprema, lo que garantiza su independencia.
Esta, además, hubiera estado habilitada para citar a testigos y ordenar allanamientos y actuar como un tribunal cuyas recomendaciones son vinculantes.
Pero Olmert dijo que “una comisión de Estado no es lo que se necesita porque la dirección política y militar se paralizaría durante mucho tiempo si debiera rendir cuentas ante dicha instancia”.
El peligro, según él, es que “la guerra no está del todo terminada y las amenazas pueden volver”.
La decisión de no recurrir a una comisión de amplios poderes con seguridad molestará a los críticos que dicen que Olmert y otros funcionarios de alto nivel deberían ser el centro de la investigación y no ser quienes la supervisan.
El gobierno ha sido criticado también por aceptar un cese del fuego promovido por la Organización de Naciones Unidas (ONU), sin haber vencido a Hezbolá o logrado la liberación de los dos soldados capturados en julio.
Los combatientes que regresan del Líbano se han quejado de que tuvieron confusos planes de combate, poco entrenamiento y escasos alimentos, agua y equipo.
Un total de 33 soldados murieron en una ofensiva montada poco antes de entrar en efecto el cese del fuego, lo que junto a las noticias de que un jefe militar vendió sus acciones en las primeras horas del combate, incrementó el malestar.
En su intervención de ayer, Olmert justificó la guerra, al señalar que Israel le causó fuertes daños a Hezbolá y que la ofensiva terrestre de última hora fue una acción inevitable, a pesar de las fuertes bajas israelíes.