Washington. Estados Unidos está decidido a fortalecer a Ucrania para que se imponga frente a Rusia, declaró este sábado un alto responsable estadounidense, al añadir que los retrasos en la entrega de ayuda militar a Kiev se deben solo a una “logística difícil”.
El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, afirmó que el presidente Joe Biden está “decidido a utilizar los últimos cuatro meses [de su mandato] para colocar a Ucrania en la mejor posición posible para imponerse” a Moscú.
El mandatario estadounidense se reunirá a final de mes con su par ucraniano, Volodimir Zelenski, durante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, precisó Sullivan en una intervención por video en una conferencia organizada en Kiev por la Fundación Victor Pinchuk.
Zelenski y otros dirigentes de Ucrania critican reiteradamente los retrasos en la entrega de ayuda militar de las potencias occidentales, y en especial de Estados Unidos, su principal aliado en la guerra que libra contra Rusia desde hace dos años y medio.
Sullivan aseguró que este problema se debía a una logística difícil y no a una falta de voluntad política de apoyar a Kiev.
“No es una cuestión de voluntad política. Es una cuestión de logística difícil y complicada [...] para entregar este material en el frente”, declaró.
En el terreno, el ejército ruso afirmó el sábado que tomó el control de una nueva ciudad en el este de Ucrania, donde sus tropas siguen avanzando frente a unas fuerzas ucranianas con pocos efectivos y poco equipadas.
Rusia anunció igualmente el canje de 206 prisioneros con Ucrania, 103 de cada parte.
Mediación emiratí
Según el ministerio ruso de Defensa, Emiratos Árabes Unidos realizó “esfuerzos de mediación” para lograr este intercambio.
Zelenski indicó el sábado que este canje permitió la liberación de soldados y policías ucranianos que defendieron Kiev, Donetsk, Mariupol y su fábrica Azovstal, así como las regiones de Luganks, Járkov y Zaporiyia.
La víspera, el mandatario ucraniano anunció que 49 prisioneros ucranianos habían regresado de Rusia. El 24 de agosto, Moscú y Kiev realizaron un intercambio de 230 prisioneros, incluidos soldados rusos capturados en la región de Kursk.
El 6 de agosto, Ucrania lanzó una ofensiva sorpresa en esta región fronteriza rusa, avanzando varios cientos de kilómetros cuadrados, con el objetivo de obligar a Moscú a desplegar allí sus tropas y frenar así su avance en la región de Donetsk.
El ejército ruso afirmó el sábado que continuaba sus “operaciones ofensivas” en la región de Kursk, donde dijo el jueves que había recuperado terreno, por primera vez, durante un contrataque.
También reivindicó la toma del pueblo de Jelannoe Pervoe (Jelanne Perche en ucraniano), en la región ucraniana de Donetsk. Esta ciudad se encuentra en el distrito de Pokrovsk, un importante centro logístico amenazado por el avance de Moscú.
“Miedo”
Zelenski sigue reclamando a sus aliados la autorización para atacar en profundidad en territorio ruso.
Pero las potencias occidentales, principalmente Estados Unidos, se muestran recelosas a autorizar a Kiev el uso de misiles de largo alcance por temor a que esto sea visto por Moscú como una escalada.
El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo el jueves que permitir a Ucrania atacar territorio ruso con misiles de largo alcance equivale a que “los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) están en guerra con Rusia”.
Zelenski acusó por su parte el viernes a sus aliados de tener “miedo” de plantear siquiera la posibilidad de derribar misiles y drones rusos en Ucrania, en un momento en el que su país se enfrenta a un aumento de los ataques aéreos.
Washington autoriza actualmente a Kiev a atacar objetivos rusos solo en las partes ocupadas de Ucrania y algunos en las regiones fronterizas rusas directamente ligadas a las operaciones militares.
Un asesor del presidente Zelenski para asuntos estratégicos, Oleksandr Kamishin, aseguró por su parte que su país era capaz de producir más armamento pero no disponía de la financiación necesaria.
“El límite no está en nuestras capacidades de producción, todo está ligado a la financiación”, declaró.
El armamento de Ucrania depende aún esencialmente de las reservas de fabricación soviéticas y de las entregadas por sus aliados occidentales. Pero intensificó significativamente la producción de sus propias armas desde el inicio de la invasión rusa.