Londres
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, mantiene este viernes en Londres una reunión con su homólogo ruso, Serguei Lavrov, en un último intento por flexibilizar la posición del Kremlin a dos días del referendo de adhesión de Crimea a Rusia.
Será la cuarta vez en una semana que los dos hombres, acostumbrados a las duras negociaciones en los casos iraní y sirio, se reúnen para tratar de encontrar una salida a la crisis ucraniana.
El funcionario estadounidense se entrevistó primero con el primer ministro británico, David Cameron, y su homólogo británico, William Hague, en un desayuno de trabajo.
"Queremos que los ucranianos y los rusos dialoguen. Si no lo hacen, habrá consecuencias", declaró Cameron, quien reiteró la sintonía de Gran Bretaña y la Unión Europea con Estados Unidos.
"Todos tenemos la esperanza de no encontrarnos en una postura en la que estemos obligados a hacer todo esto. Pero veremos lo que ocurre", apuntó por su parte Kerry, en referencia a las posibles sanciones contra Rusia.
Antes de abandonar Washington el jueves por la noche, Kerry avisó que Estados Unidos y la Unión Europea están dispuestos a tomar "el lunes una serie de medidas muy serias" contra Moscú en respuesta al referéndum convocado este domingo en Crimea, paso previo a su reunificación con Rusia, a la que perteneció hasta 1954.
En paralelo, el primer ministro ucraniano, Arseni Yatsenuk, en una intervención ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, pidió a Moscú que retire a sus soldados enviados a la península e inicie negociaciones.
Rusia por su parte llamó el viernes a la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) a enviar observadores para el referéndum previsto el domingo en Crimea.
La muerte el jueves de un manifestante partidario del gobierno de Kiev, apuñalado en enfrentamientos con simpatizantes de Rusia en Donetsk, en el este de Ucrania, pone de manifiesto que las tensiones no se limitan a Crimea.
Afectan a todo el este de habla rusa del país, donde se han observado movimientos secesionistas en las últimas semanas. Y numerosos ucranianos piensan que Rusia no se detendrá en las fronteras de Crimea.