Washington. Durante años, Kamala Harris apenas mencionó el arma que tiene en casa, pero desde que inició su campaña para las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos, no pierde ocasión para hablar de ello.
“Tengo un arma”, repitió la vicepresidenta la semana pasada en el plató de la estrella de la televisión estadounidense Oprah Winfrey.
¿Es una pistola o un revólver? Se desconoce. La candidata demócrata a la Casa Blanca no especificó ni reveló el fabricante. Lo único que se sabe es que la guarda en un lugar seguro, en su casa de California.
“Si alguien irrumpe en mi casa, recibirá un disparo”, dijo entre risas ante una atónita Oprah.
En un país traumatizado por matanzas con armas de fuego, muchos estadounidenses quedaron estupefactos.
¿No se supone que el Partido Demócrata encarna la lucha contra la violencia de armas personales?
Tres expertos explicaron a esta agencia que la vicepresidenta pesa sus palabras como parte de una estrategia electoral.
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Buena tiradora
“Kamala Harris quiere evitar que sus oponentes la retraten como contraria a las armas. La forma más fácil de hacerlo es anunciar que posee un arma”, afirma Joan Burbick.
“Es muy interesante que haya bromeado con Oprah sobre el hecho de que dispararía a un intruso que entrara a robar. Se considera que los demócratas no son suficientemente duros con la delincuencia”, analiza Steffen Schmidt, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Iowa.
En 2019, Kamala Harris dijo a periodistas: “Tengo un arma probablemente por las mismas razones que la mayoría de la gente: por mi seguridad personal. Fui fiscal”.
Cuatro años antes, en una entrevista con Politico, había confesado ser “una buena tiradora”.
En un país donde criticar la enorme cantidad de armas de fuego en manos de la población puede llevar a perder unas elecciones, la candidata eligió a un compañero de fórmula con un perfil tranquilizador: Tim Walz, de Nebraska, que es cazador y exmilitar.
Alrededor de un tercio de los adultos y el 40% de los hogares estadounidenses posee al menos un arma de fuego.
Se cree que Donald Trump tiene tres pistolas. Contaba con un permiso para portar armas de fuego en Nueva York que, según la prensa, habría sido revocado tras su inculpación y condena por falsificación de documentos contables.
El millonario, que sufrió dos intentos de asesinato, declaró el miércoles que su vida estaba amenazada directamente por Irán.
“Estoy rodeado de más hombres, fusiles y armas que nunca”, afirmó.
El republicano, respaldado oficialmente por el principal lobby de armas de Estados Unidos, la Asociación Nacional del Rifle, acusó a su rival de querer “confiscar” las armas de los estadounidenses, violando la Segunda Enmienda de la Constitución.
Pero la candidata lo niega categóricamente y se limita a defender la necesidad de reforzar la legislación para el control de antecedentes penales y psiquiátricos de los compradores de armas.
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Equilibrismo
Kamala Harris también se declara a favor de prohibir los fusiles de asalto semiautomáticos, pero dejó de abogar por un programa de recompra obligatoria de estas armas, que figuran entre las más letales.
La exfiscal hace equilibrismo sobre el tema de la regulación de las armas, que ocupa el sétimo lugar entre las preocupaciones de los votantes para las elecciones presidenciales de noviembre, según una encuesta reciente del Pew Research Center.
Los propietarios de armas tienen más del doble de probabilidades de ser republicanos que demócratas.
Los defensores de las armas tienen más probabilidades de votar por los conservadores, mientras que los partidarios de una legislación más estricta se inclinan por los demócratas.
“Pero se trata de tendencias, no de un absoluto”, matiza Gregg Carter, profesor emérito de la Universidad Bryant de Rhode Island.
“Las elecciones de este año están tan reñidas que cada candidato intenta recoger unos cuantos votos extra siempre que puede”, afirma.
En realidad, según este experto, Kamala Harris “arriesga poco” con su electorado al decir que tiene un arma en casa para defenderse.