Lima. AFP. La economía de Perú llega en buen estado de salud al balotaje presidencial del domingo entre el nacionalista Ollanta Humala y el socialdemócrata Alan García, impulsada por un bum minero y de hidrocarburos cuyo manejo será clave para aliviar la pobreza, que alcanza a más de la mitad de la población.
La solidez de los indicadores económicos permitirá que el presidente Alejandro Toledo entregue un país estable el 28 de julio.
Sin embargo, ante la mala distribución de la riqueza, los dos candidatos coinciden en criticar el enorme déficit social que deja Toledo.
Pero ahí acaban sus coincidencias, porque para remediar la situación García habla de aplicar cambios sociales, mientras Humala habla de reemplazar al "caduco modelo neoliberal".
A una mayoría de peruanos le tiene sin cuidado la estabilidad: esta no solucionó el desempleo de 9%, ni mejoró los ingresos en un país donde el 20% de la población vive con menos de dos dólares diarios.
La explotación de los recursos naturales se metió de lleno en campaña, por la propuesta de nacionalización hecha por Humala.
Esta oferta puso el dedo sobre el contraste entre ingresos menores que recibe el país por la explotación de sus recursos y las gigantescas ganancias de empresas privadas.