Aviñón. La sociedad debe “cambiar su actitud sobre la violación”, urgió el martes Gisèle Pelicot durante su última comparecencia en el macrojuicio que se celebra en Francia. La mujer sufrió abusos durante décadas a manos de su esposo, Dominique Pelicot, quien la drogaba para que desconocidos la violaran.
“Para mí, este juicio será el juicio de la cobardía”, repitió tres veces la septuagenaria frente a su exmarido, juzgado en Aviñón, en el sur de Francia, junto a otros cincuenta hombres. Él admitió haberla entregado a desconocidos que reclutaba en internet.
“Escuché muchas cosas en este juicio. Vi desfilar ante el tribunal a personas que, en su mayoría, niegan la violación. Me resulta muy difícil enfrentar esta banalidad”, señaló la mujer.
“¿Cuándo les di mi consentimiento? ¿En qué momento, al ver ese cuerpo inerte, tomaron conciencia?”, preguntó con firmeza.
“Escuché excusas como ‘me manipulaban’, ‘bebí un vaso de agua, estaba drogado’. ¿En qué momento no entendieron lo que hacían?”, exclamó Gisèle, convertida en un símbolo de lucha feminista desde el inicio del juicio, que comenzó el 2 de setiembre ante la corte criminal de Vaucluse.
“Son pocos los que asumen sus actos. Escucho a un hombre que dice ‘un dedo no es una violación’. ¡Que lo cuestione!”, lanzó con contundencia.
El último de los 51 acusados en declarar, Philippe L., de 62 años, adoptó la misma línea de defensa. Alegó que actuaba “bajo las órdenes” de Dominique Pelicot, a quien calificó de “demonio”, y afirmó que creía participar en un escenario consensuado donde la mujer fingía dormir.
“No sabía que hacía algo insano”, explicó Philippe, un hombre soltero que trabaja como jardinero. “No comprendí que trataba con un ser maligno. Lo entendí después”, afirmó señalando a Dominique Pelicot.
Acusado de “violaciones agravadas”, enfrenta, como la mayoría de los 51 acusados, una pena de 20 años de prisión.
Gisèle Pelicot afirmó que perdió 10 años de su vida
Interrogada por varios abogados defensores, Gisèle Pelicot negó haber estado “bajo el control” o “manipulada” por su esposo durante sus 50 años de matrimonio. “¡Absolutamente nada me hizo sospechar!”, insistió.
“Él tenía muchas fantasías que yo no podía satisfacer. Como no quería ir a un club de intercambio, ¡se le ocurrió adormecerme! Perdí 10 años de mi vida que no recuperaré. ¡Jamás sanará esta cicatriz!”, exclamó, conteniendo con dificultad su ira.
Con el interrogatorio de Philippe L., el juicio conocido como las “violaciones de Mazan” concluyó la presentación de los 51 acusados, quienes tienen entre 26 y 74 años.
Diez de ellos asistieron en varias ocasiones, invitados por Dominique Pelicot. Algunos llegaron a participar hasta seis veces.
Pocos ofrecieron disculpas sinceras a Gisèle Pelicot. Ni siquiera después de ser confrontados con videos de sus actos, proyectados en la corte, donde se observa a la víctima totalmente inerte.
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Dominique Pelicot, descrito como el “director de orquesta”, testificó primero en setiembre. No explicó las razones detrás de estos actos, que se intensificaron con los años, alcanzando alrededor de 200 violaciones, la mitad cometidas por él mismo.
Este martes, admitió haber drogado, violado y hecho violar a su esposa para satisfacer “su fantasía de someter a una mujer insumisa”, aunque aseguró que intentaba “no hacerla sufrir”.
El juicio entrará en su fase final el miércoles con los alegatos de las partes civiles. Se suspenderá el lunes para que la fiscalía prepare sus requisitorias, que tomarán tres días.
Luego seguirán los alegatos de la defensa durante tres semanas. Una vez concluidos, los cinco magistrados deliberarán durante una semana. El veredicto se emitirá, como máximo, el 20 de diciembre.