Enclavada en los Andes peruanos, La Rinconada se erige como el asentamiento humano permanente más alto de la Tierra. Con una población de más de 50.000 personas, este pueblo minero se sitúa a una altitud entre 5.000 y 5.300 metros sobre el nivel del mar, lo que lo convierte en un lugar único pero inhóspito para la vida diaria, según la revista científica Live Science.
La Rinconada, ubicada en la región de Puno, se originó hace más de 60 años como un campamento minero para la extracción de oro. Con el tiempo, se convirtió en una comunidad permanente, aunque carece de infraestructura básica, como agua potable, saneamiento y un sistema adecuado de recolección de basura. El suministro de electricidad llegó en la década de 2000.
La vida en condiciones extremas
Vivir a más de 5.000 metros de altura no es tarea fácil. Los habitantes de La Rinconada enfrentan una baja presión de oxígeno que provoca síntomas como dolores de cabeza, fatiga y dificultad para respirar, condición conocida como mal de altura. La antropóloga Cynthia Beall, de la Universidad Case Western Reserve, explicó: “A unos 4.500 metros, el aire contiene aproximadamente el 60% de las moléculas de oxígeno que se encuentran a nivel del mar, lo que representa un gran estrés para el cuerpo humano”.
Las personas no aclimatadas que llegan a estas altitudes suelen experimentar un incremento en la frecuencia respiratoria y cardíaca como respuesta al menor oxígeno en el aire. Sin embargo, después de algunas semanas, el cuerpo produce más glóbulos rojos y hemoglobina para compensar, aunque esto no siempre previene complicaciones graves.
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Adaptaciones a la altitud extrema
Los habitantes que nacen y crecen en La Rinconada parecen haber desarrollado adaptaciones biológicas para sobrevivir. Por ejemplo, las personas de los Andes tienen una mayor concentración de hemoglobina, lo que les permite transportar más oxígeno. Sin embargo, esta ventaja también los hace más propensos al mal crónico de montaña (CMS), enfermedad que afecta a quienes viven mucho tiempo en altitudes extremas y provoca síntomas como dolores crónicos y fatiga severa.
La única solución efectiva para el CMS es descender a altitudes más bajas, opción inviable para muchos que dependen de la minería para subsistir. Según la profesora Tatum Simonson, de la Universidad de California en San Diego, tratamientos como la sangría y la acetazolamida brindan un alivio temporal, pero su efectividad a largo plazo es incierta.
Un futuro incierto
A pesar de las duras condiciones, La Rinconada es vista como un lugar de esperanza para muchos, atraídos por la minería de oro. Sin embargo, la falta de infraestructura y la exposición constante a condiciones extremas hacen que la vida en este asentamiento sea un reto diario.
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