Beirut. El jefe de las Fuerzas Armadas de Israel instó el miércoles a sus tropas a prepararse para una posible ofensiva terrestre contra Hezbolá en Líbano. La aviación israelí llevó a cabo nuevos bombardeos “a gran escala” contra el movimiento islamista.
Al menos “51 personas murieron y 223 resultaron heridas en varios bombardeos”, que también tuvieron como objetivo pueblos situados fuera de los bastiones del movimiento, indicó el ministro de Salud libanés, Firass Abiad.
“Se escuchan los aviones desde aquí; estamos atacando todo el día. Tanto para preparar el terreno ante una posible incursión como para seguir atacando a Hezbolá”, declaró el teniente general Herzi Halevi ante una brigada de tanques, según un comunicado militar.
“Entrar con fuerza allí les mostrará (a Hezbolá) lo que significa enfrentarse a una fuerza de combate profesional”, añadió.
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El ejército israelí había anunciado anteriormente la movilización de dos brigadas de reserva, que fueron desplegadas en el norte del país para “continuar el combate” contra Hezbolá.
Además, el ejército informó que prosiguió con sus bombardeos “a gran escala” en el sur del Líbano y en el valle de Becá, en el este, dos bastiones de Hezbolá. Según el comunicado, este miércoles golpearon “más de 280 objetivos” de la organización proiraní.
Clima de terror
El lunes, los primeros ataques israelíes masivos en Líbano mataron a 558 personas e hirieron a más de 1.800, según las autoridades libanesas. Esta cifra representó la más alta en un día desde el final de la guerra civil en el país (1975-1990).
Nur Hamad, una estudiante de 22 años de Baalbek, describió este miércoles el “clima de terror” que se vivió desde que comenzaron los bombardeos en los alrededores de la ciudad.
“Pasamos cuatro o cinco días sin dormir, sin saber si nos íbamos a despertar por la mañana. Los niños tienen miedo, los adultos también”, afirmó.
En Maaysara, en una región montañosa a unos 30 kilómetros al norte de Beirut, un fotógrafo de esta agencia observó una casa casi completamente destruida, donde los rescatistas removían los escombros.
Los muertos “eran civiles que habían evacuado sus hogares” en el sur de Líbano, declaró Fátima, residente del pueblo.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) registró “90.530 nuevos desplazados” desde el lunes, informó esta agencia de la ONU en un comunicado.
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Misil dirigido a Tel Aviv
En Israel, las sirenas antiaéreas sonaron al amanecer en Tel Aviv, cien kilómetros al sur de la frontera libanesa, cuando Hezbolá disparó un misil tierra-tierra que fue interceptado, según el ejército.
“Es la primera vez que un misil de Hezbolá alcanza la zona de Tel Aviv”, indicaron los militares.
El movimiento chiita libanés afirmó que el objetivo del misil Qader era la sede del Mosad, los servicios de inteligencia exterior israelí, considerados “responsables del asesinato de los líderes” de Hezbolá “y de las explosiones de buscapersonas y walkie-talkies” de la semana pasada, que dejaron decenas de muertos.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, advirtió que “es posible una guerra total” en Medio Oriente.
A petición de Francia, el Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá de urgencia el miércoles en Nueva York, donde la preocupación por la escalada entre el ejército israelí y Hezbolá domina la Asamblea General.
Papa Francisco denunció ‘terrible escalada’
El jefe de la UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, Philippe Lazzarini, teme que Líbano se convierta en una nueva Franja de Gaza, donde un conflicto enfrenta a Israel con el movimiento islamista palestino Hamás desde el 7 de octubre de 2023.
El papa Francisco también denunció en el Vaticano la “terrible escalada” en Líbano, calificándola de “inaceptable”.
Israel anunció a mediados de setiembre que había trasladado “el centro de gravedad de operaciones militares” al norte del país, a lo largo de la frontera libanesa, para permitir el regreso de decenas de miles de habitantes desplazados por la violencia transfronteriza.
Hezbolá, por su parte, prometió seguir atacando a Israel “hasta el final de la agresión en Gaza”. Desde entonces, los enfrentamientos no cesaron.
Además de la ola de explosiones de dispositivos de transmisión de Hezbolá la semana pasada, atribuidas a Israel, un ataque israelí el 20 de septiembre en los suburbios del sur de Beirut diezmó a la unidad de élite del movimiento.
El miércoles, Hezbolá confirmó que uno de sus mandos militares, Ibrahim Mohamed Kobeisi, murió en un bombardeo la víspera en esos suburbios.
El guía supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, afirmó que los recientes asesinatos en Líbano de varios jefes de Hezbolá por Israel no lograrán “poner de rodillas” al movimiento.
La guerra en Gaza se desencadenó por el ataque de Hamás que dejó 1.205 muertos en Israel, en su mayoría civiles, según un recuento de esta agencia basado en cifras oficiales israelíes que incluye a los rehenes que murieron o fueron asesinados en cautiverio en Gaza.
De las 251 personas secuestradas, 97 siguen en Gaza, 33 de las cuales fueron declaradas muertas por el ejército.
En represalia, Israel lanzó una ofensiva en la Franja de Gaza que dejó hasta el momento 41.495 muertos, la mayoría civiles, según datos del Ministerio de Salud del gobierno de Hamás, considerados fiables por la ONU.