El viernes 10 de enero se perfila como una fecha crucial para Venezuela. Edmundo González, reconocido como presidente electo por un amplio bloque de países, pretende asumir ese día el cargo en medio de un clima político marcado por la represión y las amenazas del régimen de Nicolás Maduro.
La expresidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla (2010-2014), apoyará este proceso a través de su participación en una misión internacional encabezada por la Iniciativa Democrática de las Américas (IDEA).
Ella forma parte de un grupo de expresidentes latinoamericanos, reconocidos por su liderazgo democrático, que tienen la disposición de viajar a Venezuela para acompañar a González en su eventual toma de posesión.
Entre ellos, además de Chinchilla, se encuentran los exgobernantes mexicanos Felipe Calderón y Vicente Fox, los panameños Mireya Moscoso y Ernesto Pérez Balladares, el colombiano Andrés Pastrana, el paraguayo Mario Abdo Benítez, el ecuatoriano Jamil Mahuad y el boliviano Jorge Quiroga.
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Esta delegación asume un acto de valentía frente a las amenazas del líder chavista Diosdado Cabello, quien advirtió que podrían ser encarcelados si se involucran en asuntos políticos venezolanos.
González Urrutia, quien lleva cuatro meses fuera de su país por razones de seguridad, inició el fin de semana una gira latinoamericana que incluyó visitas a Argentina, Uruguay y, este lunes, a los Estados Unidos. Sus siguientes destinos son Panamá y República Dominicana, para luego llegar a Caracas con la intención de asumir la presidencia del país para el periodo 2025-2031.
La Nación conversó con la expresidenta Chinchilla, quien se encontrará con González en Panamá con la intención de acompañarlo hasta Venezuela para su investidura presidencial.
- ¿Qué le motivó a unirse a esta delegación de expresidentes latinoamericanos que pretenden estar el próximo viernes en Venezuela con Edmundo González?
- Bueno, esto es un compromiso que viene de tiempo atrás. Este grupo de expresidentes forma parte de la Iniciativa Democrática de las Américas (IDEA), creada hace casi 10 años, precisamente para la defensa de la democracia en Venezuela. Nuestra primera misión se llevó a cabo en 2015, durante las elecciones parlamentarias en Venezuela, las últimas cuyos resultados fueron aceptados por el régimen. Fue la última vez que (Nicolás) Maduro perdió, y a partir de ahí, no hemos vuelto a ver elecciones con garantías de integridad.
”En aquella ocasión, acompañamos a los grupos de oposición, preocupados por posibles fraudes o manipulaciones. Gracias a nuestra presencia y al apoyo de la prensa internacional, el régimen se vio obligado a respetar los resultados, que fueron favorables a la oposición.
”En 2017 regresamos para participar en una consulta popular organizada por los diputados de la Asamblea Nacional, que ya enfrentaba maniobras del régimen para desconocer su legitimidad. En esa ocasión, fuimos expulsados del país y declarados personas no gratas. Desde entonces, no hemos podido regresar, pero seguimos sintiendo la obligación de acompañar a Edmundo González, quien simboliza la esperanza de cambio para Venezuela”.
- ¿Qué implica esta misión para ustedes?
- Nuestra misión incluye acompañar a Edmundo González en un periplo que comienza en Panamá el 8 de enero y continúa en República Dominicana el día siguiente. Aunque no podemos compartir detalles sobre una eventual presencia en Venezuela, estamos a disposición de lo que las fuerzas democráticas consideren necesario para apoyar esta causa.
- Diosdado Cabello amenaza con encarcelar a quienes, según él, ‘se entrometan en la política venezolana’. ¿Cómo reciben esas declaraciones?
- No nos extrañan. Desde 2017 ya fuimos declarados personas no gratas. Estas amenazas solo reflejan el nerviosismo y la agresividad del régimen, que sabe que cuenta con un apoyo muy reducido, apenas un 25% o 30% de los venezolanos. Hay descontento, represión y un ambiente de temor en las calles, con efectivos militares desplegados. Sus amenazas no son más que una muestra de su debilidad.
- ¿Qué mensaje le enviaría al pueblo venezolano en este contexto?
- Mi respeto y admiración. El pueblo venezolano ha soportado penurias humanitarias, represión política y violencia social, pero aun así dio una gran lección al mundo democrático al acudir masivamente a las urnas hace seis meses. Mi mensaje es de esperanza. Son un pueblo heroico, y mi compromiso es acompañarlos hasta donde nos indiquen que podemos contribuir.
- ¿Cómo percibe el papel de la comunidad internacional frente a la situación política y humanitaria en Venezuela?
- El reconocimiento a Edmundo González como presidente electo por parte de varios países es una señal contundente y esperanzadora. Maduro enfrenta un aislamiento profundo, y será importante observar cómo la nueva administración de Estados Unidos maneja esta situación.
”Es crucial que la comunidad internacional no claudique en su apoyo al pueblo venezolano y a las fuerzas democráticas. Aprovecho para hacer un llamado a las naciones de nuestra región para que sigan atentamente los eventos en las próximas horas y respalden a quienes luchan por la democracia en Venezuela”.
- Costa Rica es un símbolo de democracia en la región. ¿Cómo cree que su participación refleja esos valores costarricenses en esta coyuntura venezolana?
- En momentos como este, los ciudadanos de democracias consolidadas debemos reflexionar y entender que estos fenómenos no son algo lejano. El deterioro democrático puede alcanzar a cualquier nación, incluso aquellas con instituciones sólidas.
”Representar a Costa Rica en misiones que defienden la democracia siempre es un orgullo, pero también una oportunidad para que reflexionemos como sociedad. No debemos ver la crisis venezolana como algo distante, sino como una advertencia de lo que podría ocurrirnos si no protegemos nuestras instituciones democráticas con decisiones acertadas y colectivas”.