Washington. AFP. El proyecto bipartidista de reforma de la ley de inmigración, que regularizaría a millones de indocumentados y reforzaría el control de la frontera con México, inicia hoy una carrera de obstáculos en el Congreso estadounidense, con una votación determinante en el Senado.
Los congresistas deben decidir hoy si aceptan abrir formalmente el debate sobre el controvertido proyecto de reforma, en una votación que exige el apoyo de al menos 60 de los 100 miembros del Senado, en otras palabras que una decena de republicanos den su respaldo.
“Los 60 votos para iniciar el debate, sí los va haber”, aseguró una fuente legislativa, que pidió el anonimato. “Pero para el resto, no hay garantía de absolutamente nada”, añadió, incapaz de pronosticar qué tipo de ley va a salir del complejo proceso legislativo.
Vanessa Cárdenas, especialista de inmigración del Center for American Progress, pronosticó “una gran pelea” en el Congreso, con una multiplicación de enmiendas de parte del sector más conservador de los republicanos y de demócratas decepcionados por el plan.
Los senadores deberán ponerse de acuerdo antes del fin de semana, según el plazo fijado por el líder de la mayoría demócrata, Harry Reid, que trata de avanzar rápidamente para que la inmigración no se convierta en uno de los temas dominantes de la campaña para las primarias de principios del próximo año.
El acuerdo anunciado el jueves tiene los mismos problemas que el presidente republicano George W. Bush que lo respalda enérgicamente: no tiene el apoyo ni del sector más conservador de los republicanos ni de los dirigentes demócratas que controlan el Congreso.
De parte de la oposición, Reid ya llamó a mejorar el texto para facilitar el reagrupamiento familiar y ofrecer una vía hacia la residencia a los inmigrantes que beneficien del futuro sistema de contratos temporales.