Beirut. AFP. El conflicto devastador entre Israel y Hezbolá abrió la puerta a que Líbano restablezca, por primera vez en 40 años, su autoridad hasta la frontera con el Estado hebreo.
Pero la voluntad del Gobierno libanés de ser en adelante el único actor en el territorio depende de si Hezbolá acepta ceder al ejército libanés, respaldado por una fuerza internacional de 15.000 hombres, sus posiciones en Líbano sur.
"Desde hace más de 35 años el sur de Líbano es un campo abierto de batalla. Las cosas seguían igual en el sur hasta que Hezbolá capturó dos soldados israelíes el 12 de julio", analiza Farid Al Jazen, profesor de ciencias políticas en la Universidad Norteamericana de Beirut (AUB).
"Esto puso fin a la situación que prevalecía desde finales de los años 60, cuando el Estado perdió el control de Líbano sur", recuerda, en un artículo publicado el lunes en el diario libanés anglófono The Daily Star .
La decisión del Gobierno libanés de enviar tropas a las regiones del sur, donde no se consigue mantener el orden desde la implantación de los combatientes palestinos en 1968, fue determinante en la adopción de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU.
La resolución representa un éxito para Líbano, al menos sobre el papel, ya que tiene en cuenta todos los puntos del plan del primer ministro libanés, Fuad Siniora, para poner fin al conflicto entre Israel y Hezbolá.
Líbano es reconocido, por primera vez, como un actor principal, porque las negociaciones que condujeron a la adopción de la resolución fueron llevadas a cabo directamente por el jefe del gobierno, lo que no sucedía desde hacía años.
"Esta resolución dio a Líbano muchas más cosas de las que pedía. Pero no accedió ni siquiera a las peticiones más elementales de Hezbolá", subraya el diario An Nahar .
Otro de los puntos positivos para Líbano es que Irán y Siria, principales apoyos del movimiento chiita libanés, quedan en cierta medida fuera de juego.
El conflicto permitió a Siniora replicar al jefe de la diplomacia iraní, Manuchehr Mottaki, que viajó en plena crisis a Beirut para expresar sus reservas sobre el plan del primer ministro libanés.
Pero una de las cuestiones cruciales está, en cierta medida, en el aire: el desarme de Hezbolá.
La resolución hace referencia a otra, la 1559, que reclama el desarme y desmantelamiento de Hezbolá y de las organizaciones palestinas prosirias.
Sin embargo, ayer el jefe de Hezbolá, Hasan Nasralá, rechazó desarmar a sus fuerzas "de forma prematura".
"Veremos este tema más claro en los próximos 10 días, que serán cruciales", indicó al respecto Antoine Andraos, diputado de la mayoría antisiria.