Manila. Reuters. Un comité del Congreso filipino rechazó ayer las impugnaciones que pesaban sobre la presidenta Gloria Macapagal Arroyo, con las cuales la oposición procuraba destituir a la gobernante.
El comité, dominado por leales a Arroyo y boicoteado por la oposición, votó aceptar la más débil de tres acusaciones a la Presidenta, por fraude electoral en los comicios del año pasado, pero luego la rechazó al considerarla inadecuada.
La oposición todavía podría conseguir que el informe del comité sea rechazado e impulsar un juicio en el Senado si reúne un tercio de los votos en una sesión completa de la Cámara Baja, pero aún le faltan 6 de los 79 votos necesarios.
"Lo que hicieron fue absolutamente enfermizo", dijo Teodoro Casino, un líder de la oposición.
"Este es uno de los puntos más bajos en la historia del Congreso y también uno de sus días más tristes", agregó el legislador.
A salvo. Arroyo, quien ganó un nuevo período de gobierno de seis años en el 2004, puede bloquear renovados intentos de la oposición porque solo está permitido tratar una impugnación contra un mismo funcionario por año.
"Lo siento mucho, pero esto realmente es un juego de números", dijo Simeon Datumanong, el presidente del comité.
Y aunque Arroyo parece haber sobrevivido a la peor crisis en sus cuatro años de gobierno, algunos analistas señalan que probablemente la oposición seguirá presionándola en los próximos meses.
Dudas. Además, estiman que persistirán las dudas sobre su legitimidad como gobernante.
En otro intento por mantener viva a la oposición, un abogado pidió ayer a la Corte Suprema que emita una orden de restricción para impedir los procedimientos de impugnación, argumentando que las acusaciones debían ser aceptadas.
En tanto, dos personas resultaron heridas ayer cuando la policía se enfrentó con cientos de manifestantes contrarios a Arroyo, quienes se movilizaban en las puertas del Congreso.