“Le sirvo el turno como habíamos acordado el día en que tuvimos la primera conversación. Espero que esto nunca más vuelva a ocurrir. Gracias a todos”, le dijo Urzúa al presidente Sebastián Piñera, quien lo esperaba al salir de la cápsula que los transportó por un ducto desde 622 metros de profundidad durante 10 minutos.
“Recibo su turno y lo felicito porque cumplió con su deber, saliendo el último como un capitán, nos sentimos orgullosos de todos y cada uno de los mineros”, le respondió el mandatario.
Urzúa, topógrafo y jefe de turno el día en que se produjo el derrumbe, emergió casi 22 horas después de que fuera rescatado, a la medianoche del martes, Florencio Ávalos, el primero en salir.
Apenas Urzúa llegó a la superficie, los seis socorristas que bajaron para colaborar con los mineros mostraron desde el fondo de la mina una pancarta que decía “Misión Cumplida”.
Y cuando ellos mismos salieron en la cápsula Fénix II, el operativo acabó. El aparato hizo 78 trayectos y sufrió algunos rasguños y desgaste en la coraza por el roce con la roca viva.
Anoche, él dio algunos detalles de los días que pasaron bajo tierra, indicando que cuando el 22 de agosto llegó la perforadora que los ubicó más de 600 metros bajo tierra “todos querían abrazar el martillo”, y que los mineros enviaron varios mensajes hacia la superficie que se perdieron en el camino, aunque llegó el que tenía que llegar: el que decía "Estamos bien en el refugio los 33". Esta frase se volvió en un símbolo de esta historia.
Uno de los rescates más esperados fue el del exfutbolista y seleccionado chileno Franklin Lobos, de 53 años, Lobos recibió un balón, que pateó dos o tres veces y luego abrazó a Piñera.. “Franklin, ganaste el partido de tu vida”, le dijo.