Ammán. Nadie explica a ciencia cierta por qué los iraquíes no cruzan, hasta el momento, la frontera con Jordania. El campo preparado para 10.000 refugiados sigue vacío.
La única que ha arribado es la sorpresa. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR) esperaba una ola de 34.000 iraquíes que cruzaría el desierto hasta tocar la capital de Jordania. Pero hasta ahora no llega nadie.
Según el régimen de Husein, “el pueblo iraquí es tan valiente y patriótico que no quiere dejar su país en manos de invasores”.
El Pentágono declaró que, según sus fuentes, los iraquíes no huyen porque están controlados y amenazados por el régimen.
“Tras una década de dictadura, el pueblo tiene pavor del dictador”. Esto último lo han dicho también las personas de los poblados que han sido ocupados por las tropas de Estados Unidos en el sur de Iraq.
Los refugiados de tercera nacionalidad que sí han cruzado la frontera informan que los iraquíes en Bagdad no se atreven a dejar sus propiedades porque el régimen de Husein las podría confiscar.
Además, “si los americanos ingresan a Bagdad, no están seguros de poder recuperar sus bienes”.
No parece haber un solo motivo. Una clave de peso radica en que la gente no se mueve si tiene provisiones de alimentos, aunque tenga que soportar las bombas en refugios improvisados.
Las autoridades iraquíes anunciaron desde el principio de la guerra que cada familia tiene víveres para los siguientes seis meses.