Brasilia. La frágil salud del presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva y las restricciones legales de su rival ultraderechista Jair Bolsonaro podrían dejar fuera de los comicios a los dos protagonistas de la política brasileña.
Luiz Inácio Lula da Silva, de 79 años, está hospitalizado tras haberse sometido el martes a una cirugía exitosa para detener una hemorragia intracraneal, consecuencia de una caída ocurrida hace casi dos meses.
Sus médicos informaron este jueves que se encuentra “neurológicamente perfecto” tras la operación. Dos días después, le realizaron un cateterismo para reducir el riesgo de nuevos sangrados.
Antes de sus actuales problemas médicos, la percepción general era que Lula se preparaba para volver a presentarse en las elecciones, aunque no lo había oficializado.
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Por su parte, Bolsonaro, de 69 años, enfrenta barreras legales que complican sus posibilidades de regresar a la presidencia, que perdió ante Lula en los comicios de 2022.
El excapitán del Ejército está inhabilitado políticamente por ocho años tras cuestionar sin pruebas la fiabilidad del sistema de voto electrónico.
Otro obstáculo podría surgir si la Fiscalía lo acusa de abolición violenta del Estado democrático de derecho y de un intento de golpe de Estado. Según una investigación policial, habría participado en un supuesto plan frustrado para mantenerse en el poder tras las elecciones de 2022.
Bolsonaro afirma que será único candidato
Imperturbable ante las acusaciones, que niega, Bolsonaro afirma que será el candidato de las fuerzas conservadoras en 2026. Confía en que el Supremo Tribunal Federal (STF) anule la inhabilitación y en que el Congreso apruebe una amnistía.
“Soy el plan A, el plan B también y el plan C”, aseguró el expresidente la semana pasada a una emisora radial. “Hasta después de mi muerte física o política definitiva no pensaré en un posible nombre”, añadió.
Lula también enfrentó una inhabilitación en las presidenciales de 2018 tras ser condenado en la justicia ordinaria por corrupción. Su llave a vicepresidente, Fernando Haddad, actual ministro de Finanzas, lo reemplazó en la campaña, pero perdió ante Bolsonaro.
El STF anuló posteriormente las condenas contra el líder izquierdista.
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Por décadas, Lula monopolizó el liderazgo de la izquierda brasileña. Fue candidato en seis de las ocho elecciones presidenciales desde el fin de la dictadura en la década de los 80.
Tras ganar en 2002 y ser reelecto en 2006, dejó el gobierno con una popularidad récord.
“Nadie está hablando de sucesión para 2026 en este momento”, señaló una fuente de su Partido de los Trabajadores a esta agencia. “Todo el mundo da por hecho que Lula será candidato”, añadió.
“Con seguridad el presidente Lula será nuestro candidato en 2026 para mantener nuestro proyecto”, aseguró este jueves a CNN el ministro de Comunicación, Paulo Pimenta.
Seis de cada diez electores de izquierda esperan que busque la reelección en 2026, según una encuesta de MDA Pesquisa realizada en noviembre.
“Lula está cerca de los 80 años. Y no tiene repuesto. Esa es la desgracia de Brasil”, lamentó recientemente el expresidente uruguayo José “Pepe” Mujica en una entrevista con esta agencia.
Las encuestas y especialistas destacan a Haddad, una de las figuras más reconocidas del gobierno, como su principal eventual sucesor.
Inspirado en Trump
A pesar de la inhabilitación, Bolsonaro sigue políticamente activo y continúa siendo el principal referente de la derecha brasileña.
“Intenta inspirarse en Trump (...) pero todavía tiene una larga batalla en los tribunales brasileños”, comentó Roberto Goulart, profesor del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de Brasilia, en una entrevista con esta agencia.
La prensa local y analistas políticos mencionan a diversos nombres como posibles sucesores de Bolsonaro.
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El más destacado es Tarcísio de Freitas, gobernador del estado de Sao Paulo, motor económico del país.
Uno de los hijos del exmandatario, el diputado Eduardo Bolsonaro, también se ha autoproclamado como un posible “plan B” del movimiento conservador.
Incluso su esposa y ex primera dama, Michelle Bolsonaro, de 42 años, figura entre los posibles candidatos.
Según Goulart, Bolsonaro “todavía tiene que confirmar la longevidad de su liderazgo”.