Buenos Aires. Emmanuel Macron se reunió el domingo en Buenos Aires con el presidente argentino, Javier Milei, con el doble objetivo de “defender” a los agricultores franceses movilizados contra el acuerdo comercial con Mercosur y de convencer al ultraliberal de no actuar solo en materia climática.
Después de rendir un simbólico homenaje a las víctimas de la dictadura militar argentina (1976-1983), especialmente las francesas, Macron visitó la Casa Rosada, el palacio presidencial, donde fue recibido por Milei, quien ha sido acusado de revisionismo por sus críticos respecto de este oscuro período de la historia argentina.
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Macron llegó a Argentina el sábado y ambos líderes volverán a coincidir en la cumbre del G20 en Rio de Janeiro el lunes y martes.
“Vamos a hablar de nuestros intereses comerciales, de nuestro comercio, de la defensa de nuestra agricultura y de nuestros agricultores”, declaró el jefe de Estado francés en TikTok desde el avión que lo trasladaba a Buenos Aires.
En Francia, agricultores y políticos temen que un posible tratado de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur, que incluye a Argentina y Brasil, aumente la llegada de carne latinoamericana al viejo continente y genere competencia desleal con productos que no cumplen las estrictas normas medioambientales y sanitarias vigentes en Europa.
En Buenos Aires y en Río, Macron será portavoz de este rechazo, aunque su mensaje está dirigido principalmente a los demás europeos, en particular Alemania y España, a quienes busca convencer de no ignorar la oposición francesa.
También insistirá en que París rechaza el texto del acuerdo y exigirá que se incluyan compromisos para respetar estas normas, así como el Acuerdo de París sobre el clima.
Milei, un escéptico del cambio climático y admirador de Donald Trump, retiró el miércoles la delegación de su país de la conferencia sobre el cambio climático de la ONU (COP29) en Bakú, lo que ha generado especulaciones sobre una posible salida del Acuerdo de París.
El Elíseo, sede de la presidencia francesa, espera lograr “conectar al presidente Milei con las prioridades del G20″.
Un viaje de negocios
“Francia es uno de los países que más reparos tiene para la firma del acuerdo con la Unión Europea. Seguramente será un tema de conversación, porque Argentina ahora está en una postura favorable a firmar el acuerdo”, opinó Alejandro Frenkel, experto en relaciones internacionales de la Universidad Nacional de San Martín.
Según Frenkel, Macron también busca consolidarse como una figura representativa en asuntos climáticos.
París pretende además profundizar las relaciones económicas con Argentina, especialmente en el ámbito de los metales críticos, ya que el grupo minero Eramet recientemente inauguró una mina de litio en el país sudamericano.
También se espera que Macron intente avanzar en la posible venta de los submarinos franceses Scorpène, aunque la presidencia francesa relativizó el estado de las negociaciones.
“La prioridad no está tanto en los temas políticos de la agenda bilateral, que claramente no están demasiado alineados, sino en cuestiones relacionadas con la posibilidad de un acuerdo para la venta de material bélico”, explicó Ariel González Levaggi, del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI).
“Si eso da resultado, la visita de Macron para los franceses sería exitosa, más allá de los temas climáticos o de la agenda que plantea Milei”, añadió.
No hay olvido
Antes de la reunión en la Casa Rosada, Macron y su esposa Brigitte rindieron tributo a la veintena de franceses desaparecidos y asesinados bajo la dictadura en la Iglesia de la Santa Cruz, hoy un memorial de la resistencia a la dictadura.
“No los olvidaremos”, aseguró Macron a familiares de las víctimas, quienes compartieron sus historias y agradecieron su visita al lugar.
En diciembre de 1977, 12 personas, entre ellas varias fundadoras de las Madres de Plaza de Mayo y las monjas francesas Léonie Duquet y Alice Domon, fueron secuestradas, torturadas, asesinadas y arrojadas al mar tras reunirse en esta iglesia.
Milei y su vicepresidenta, Victoria Villarruel, sostienen la teoría de que aquel episodio de la historia argentina fue una guerra en la que ambas partes tuvieron igual responsabilidad y relativizan el número de desaparecidos, que cifran en menos de 9.000 en lugar de los 30.000 consensuados hasta ahora, según organizaciones de derechos humanos.