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Buenos Aires. AP. A pesar de que el expresidente Carlos Ménem, de Argentina, aseguró que vivirá hasta los 104 años, como el faraón Ramsés II, un desvanecimiento sufrido el martes en un acto político pareciera dar crédito a quienes opinan que se encuentra en el ocaso político.
Ménem, de 77 años, se desmayó minutos después de haberse comparado con el longevo faraón y fue internado en una clínica de Córdoba, a causa de una hipoglucemia, provocada por su diabetes.
Los médicos aseguraron ayer que se recupera, pero lo que parece mucho más problemática es su recuperación política: todas las encuestas sobre intenciones de votos para las elecciones presidenciales del 2007, en que Ménem insiste en que será nuevamente candidato, lo ubican en último lugar, con el 2%.
Desprestigio. Los sondeos de opinión pública también coinciden en que Ménem, exponente de la derecha del peronismo, cuyos dos períodos de gobierno a partir de 1989 estuvieron marcados por graves denuncias de corrupción, figura también entre los dirigentes políticos menos prestigiosos.
Al mismo tiempo, muchos sectores locales culpan a las políticas económicas y sociales neoliberales que aplicó Ménem por la grave crisis que sacudió a la Argentina en el 2001, de la que apenas se está recuperando este país.
Pero amigos y adversarios reconocen su espíritu de lucha y la persistencia en sus objetivos políticos. Su hermano menor, el exsenador Eduardo Ménem, declaró ayer, luego de visitarlo en la clínica donde está internado, que “Carlos no se bajará de su candidatura y morirá haciendo política”.
En las elecciones presidenciales del 2003, Ménem fue el candidato más votado, con 25% de los sufragios. Pero desertó de la segunda vuelta, en que debía enfrentar al actual presidente Néstor Kirchner, ante sondeos que le pronosticaban ser barrido electoralmente.
