Bruselas. Aportar más armas a Ucrania y reponer las reservas propias: los mandatarios de la Unión Europea (UE), retomaron este jueves en una cumbre en Bruselas las negociaciones sobre la ayuda militar a Kiev, un asunto constante en la agenda del bloque desde el inicio de la invasión rusa.
Tras más de dos años de contienda, las tropas ucranianas encuentran crecientes dificultades para contener a las de Moscú, que reinvindicaron avances en algunos puntos del frente, y por ello el gobierno de Kiev aumenta la presión y pide más ayuda a sus socios de la Unión Europea.
“Aunque (el presidente ruso, Vladimir) Putin no ganó la guerra, lo cierto es que tampoco la perdió. Y si no aumentamos nuestro apoyo, en los próximos meses podrían ocurrir retrocesos”, dijo el miércoles un diplomático europeo.
El jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, advirtió el martes que una victoria rusa en Ucrania tendría consecuencias para todo el continente.
"Si Ucrania tuviera que rendirse, se instalaría un régimen títere en Kiev, y el pueblo ucraniano sería aplastado. El ejército ruso estará en nuestras fronteras y podemos estar seguros de que no se detendrá allí", expresó.
En Kiev, el presidente Volodimir Zelenski, volvió a pedir a sus aliados occidentales más sistemas de defensa anteaérea, después que las fuerzas de ese país aseguraron que derribaron 31 misiles rusos lanzados contra la capital ucraniana.
El resfuerzo de las defensas antiaéreas ucranianas es "posible si nuestros socios muestran suficiente voluntad política", apuntó Zelenski en un mensaje en la red Telegram.
La agenda de los dirigentes europeos tiene dos aspectos paralelos y simultáneos, y los dos exigen enormes cantidades de dinero: cómo financiar más armas para Ucrania y reforzar la industria europea de defensa.
Fondos rusos congelados
Para financiar armas, uno de los planes en discusión contempla utilizar los rendimientos de los fondos rusos congelados en la UE por fuerza de las sanciones adoptadas en 2022, cuando arrancó la invasión.
Los funcionarios europeos estiman que en la Unión Europea se encuentra el equivalente de unos $230.000 millones, que generan en dividendos más de $2.000 millones anuales. Por ello, los dirigentes abordarán una propuesta para destinar el 90% de los beneficios generados por esos activos al Fondo Europeo de Apoyo a la Paz, que financia la compra de armas a Ucrania.
El 10% restante iría a un fondo de la UE para “fortalecer las capacidades de la industria de defensa de Ucrania”.
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Simultáneamente, los dirigentes de la UE deben armar un enorme plan de inversiones en la industria europea de Defensa, para proporcionar armas a Ucrania y reponer las reservas de los países del bloque. La UE se comprometió el año pasado a entregar a Ucrania un millón de obuses hasta marzo de este año, promesa que no pudo cumplir y ahora busca un plan para alcanzar esa meta a finales de 2024.
Francia, Estonia y Polonia propusieron la idea de utilizar préstamos conjuntos similares al enorme paquete de apoyo que presentó la UE durante la pandemia de Covid, para financiar ahora el gasto de defensa.
Pero un grupo de países más austeros (llamados “frugales” en Bruselas), encabezados por Alemania, no están dispuestos a llegar a ese punto. También está sobre la mesa la idea de modificar el alcance del Banco Europeo de Inversiones (BEI), para que además de su apoyo al desarrollo ayude a financiar la industria europea de defensa.
Gaza, la otra preocupación
Otro punto apremiante de la cumbre será la situación en la Franja de Gaza, un tópico donde cada vez se tornan más evidentes las diferencias de enfoque entre los países del bloque. Los dirigentes europeos recibirán en la primera jornada de la cumbre al secretario general de las Naciones Unidas (ONU), el portugués António Guterres.
La mayoría abrumadora de los países son favorables a un cese de hostilidad o una pausa humanitaria, aunque países más próximos a Israel (como Hungría o Alemania) podrían obstaculizar un consenso. Un diplomático europeo dijo que en Gaza hay una “catástofe humanitaria” y que ante esa situación la UE tiene que adoptar una posición clara y definida.
España e Irlanda llegaron a proponer formalmente que la UE suspenda el acuerdo de asociación que mantiene con Israel, aunque la moción tiene mínimas chances de prosperar. Al mismo tiempo, los diplomáticos europeos buscan formular una postura unitaria contra una posible ofensiva israelí sobre Rafah.
En la cumbre, los mandatarios europeos también deberían dar su autorización al inicio de conversaciones formales de adhesión con Bosnia.