Washington. El Tribunal Supremo de Estados Unidos mantuvo ayer la sentencia de muerte de Timothy McVeigh por el atentado de 1995 en Oklahoma City, que mató a 168 personas e hirió a medio millar más.
El máximo tribunal de la nación rechazó sin comentarios ni votos en contra la apelación de McVeigh, en la que aseguraba que su juicio estuvo condicionado por un jurado que prejuzgó su culpabilidad y por informaciones de prensa que aseguraron que había confesado a sus abogados.
Los abogados de McVeigh argumentaron también que se debía haber preguntado a los miembros del jurado si tenían predeterminado que había que ejecutarlo si era hallado culpable del atentado.
Pero la Corte Suprema se puso del lado del Departamento de Justicia, que aseguró que se tomaron "medidas extraordinarias" para asegurar que McVeigh recibía un juicio justo y una sentencia de un jurado imparcial en Denver.
McVeigh fue condenado a muerte por cargos relacionados con la conspiración y la tenencia de armas en el atentado con bomba del 19 de abril de 1995 contra el edificio federal Alfred P. Murrah, el peor acto de terrorismo doméstico en la historia de Estados Unidos.
Los fiscales dijeron que McVeigh, molesto con el gobierno, realizó el gran atentado en represalia por el asalto de agentes federales al rancho davidiano de Waco, Texas, en 1993, donde murieron más de 80 personas.
McVeigh, que estaba custodiado en una prisión federal de máxima seguridad en Florence, Colorado, fue sentenciado a muerte.
Un tribunal de apelaciones mantuvo el año pasado su condena y sentencia de muerte. Los abogados de McVeigh apelaron a la Corte Suprema pidiendo un nuevo juicio o una nueva sentencia.