Berlín. Reuters y DPA. La canciller alemana, Ángela Merkel, advirtió ayer del peligro de ceder ante el miedo a la violencia islámica luego que un teatro de Berlín suspendió las representaciones de una ópera de Mozart por la preocupación de que algunas escenas puedan enfurecer a los musulmanes.
“Debemos cuidarnos de no ceder ante el temor a activistas potencialmente violentos”, dijo Merkel al periódico Neue Presse de Hanover. “La autocensura frente al miedo no es tolerable”.
Los comentarios de Merkel, que se hizo eco de otros políticos alemanes, alimentaron la disputa sobre la cancelación de Idomeneo , de Mozart, que está empañando una conferencia patrocinada por el Gobierno para promover el diálogo con los 3,2 millones de musulmanes del país.
La Deutsche Oper de Berlín dijo el lunes que había cancelado las representaciones de la ópera, que muestra las cabezas cortadas del profeta Mahoma, Buda, Jesús y Poseidón, después de que la Policía advirtió de que podría suponer un riesgo “incalculable” para la seguridad.
El altercado se produce dos semanas después de que el papa Benedicto XVI enfureció a los musulmanes como consecuencia de sus citas de un texto medieval en que se vinculaba la expansión del Islam con prácticas violentas.
La comisaria de Integración del gobierno dijo a la cadena ZDF que la controversia sobre la ópera se abordaría en la conferencia.
“Todos debemos levantarnos contra la intolerancia y la violencia, que es el punto de esta conferencia”, dijo María Boehmer.
La reunión, realizada ayer, abordó temas como la igualdad de derechos, la construcción de mezquitas, las lecciones del Islam y la formación de imanes.
La integración se ha convertido en una prioridad para el Gobierno a medida que crece el número de jóvenes musulmanes de clase baja desilusionados en Alemania y por el miedo al extremismo islámico en Europa.
En la reunión se pusieron de manifiesto varios puntos de conflicto a ser tratados en futuras conversaciones.
El ministro del Interior alemán, Wolfgang Schaeuble, afirmó en conclusión que las diferencias de opinión se centraron en temas como la posibilidad de crear una representación única para los tres millones de musulmanes residentes en Alemania.
Otro punto espinoso fue el tratamiento de las niñas musulmanas en las escuelas. Las autoridades escolares se quejan, por ejemplo, de numerosos casos en los que los padres no permiten a las niñas participar en las clases de Educación Física.
En el encuentro participaron 15 representantes del Gobierno y de los estados federados y otros 15 de la comunidad musulmana.