Caracas
La oposición venezolana, que cumple un mes de movilizaciones contra el presidente Nicolás Maduro, marcha de nuevo este lunes en todo el país, en abierto desafío al Gobierno que organizó una masiva concentración por el 1°. de mayo.
Militares y policías venezolanos impedían este lunes el avance de marchas opositoras hacia el centro de Caracas, dispersando a los manifestantes con gases lacrimógenos, según periodistas de la AFP en el lugar.
Los incidentes se presentaron en El Paraíso (oeste), donde unas 300 personas intentaban franquear un cordón de seguridad para protestar frente a la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE), en el centro, y en Santa Mónica (centro-oeste).
Miembros de la Guardia Nacional y de la Policía lanzaron bombas de gas lacrimógeno, obligando a retroceder al grueso de los manifestantes y evitar que llegaran al centro, donde cientos de chavistas se manifestaban en apoyo al presidente Nicolás Maduro y con motivo del Día del Trabajo.
Los opositores intentan llegar a las sedes del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y del Consejo Nacional Electoral (CNE) en los 24 estados, para exigir elecciones generales.
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"Estoy en pie de lucha hasta que Maduro se vaya. Esto es una dictadura disfrazada. Venezuela está en terapia intensiva. No hay comida y te matan por un par de zapatos", declaró a AFP Matilde Rodríguez, de 67 años, habitante del popular barrio Petare (este), en la Plaza Altamira, feudo opositor.
Policías y militares vigilan puntos estratégicos de Caracas y bloquean algunas vías con barreras metálicas. El transporte funciona parcialmente y 31 estaciones de metro están cerradas.
El presidente socialista encabezará una concentración de sus seguidores en la Plaza Bolívar, en el centro de Caracas, considerado bastión de los chavistas y donde están el CNE, el TSJ y otros poderes públicos.
En víspera de la conmemoración del Día del Trabajador, Maduro aumentó el ingreso mínimo mensual –salario básico y bono alimentario– de 150.000 a 200.000 bolívares ($280 a la tasa oficial más alta y $50 en el mercado paralelo).
"Eso nos ayuda a paliar esta situación que estamos viviendo por la guerra económica de la derecha. Estamos marchando en apoyo a Maduro y por las conquistas de la revolución", dijo Edmundo Marcano, de 55 años, en una concentración chavista.
Pero la oposición afirma que el reajuste salarial muestra "el desastre del manejo económico", y que la crisis se resolverá cuando deje el poder Maduro, cuya gestión, que termina en enero del 2019, rechazan siete de cada diez venezolanos, según encuestas privadas.
El país con las mayores reservas petroleras del planeta sufre una severa escasez de alimentos y medicinas y una inflación, la más alta del mundo, que el Fondo Monetario Internacional (FMI) cifra en 720% para 2017.
Un mes de protestas
Las protestas estallaron el 1°. de abril luego de que el TSJ se adjudicara las funciones del Parlamento. Aunque revirtió la decisión tras la presión internacional, las protestas continúan y han traído a la memoria las manifestaciones del 2014, con saldo de 43 muertos.
En un mes, los enfrentamientos entre antimotines y manifestantes, saqueos y tiroteos han dejado 28 muertos y cientos de heridos, de lo que se acusan mutuamente gobierno y oposición.
"Ha sido una verdadera emboscada, una arremetida violenta para caotizar a la sociedad, asaltar el poder político e imponer en Venezuela una contrarrevolución violenta", denunció Maduro.
El mandatario asegura que sus adversarios buscan darle un golpe de Estado y propiciar una intervención extranjera. La oposición lo acusa de instaurar una "dictadura".
Sin vislumbrarse aún una solución, la oposición promete seguir en la calle hasta lograr un calendario electoral; mientras que Maduro repitió el domingo su enigmático pedido de apoyo a sus seguidores "para lo que viene".
"Estoy llamando a un nuevo escenario en Venezuela para acabar con esta situación de golpe continuado y fascista (...). No voy a vacilar, no es tiempo de miedos", advirtió.
El presidente ha asomado la posibilidad de convocar una Asamblea Constituyente, sin dar detalles.
El jefe parlamentario opositor Julio Borges denunció que esa Constituyente sería elegida "a dedo", lo que se traduciría en la continuación de un golpe de Estado: "Quiere dar un brinco, de una vez, a un sistema tipo Cuba".
Buscando bajar la tensión, Maduro reiteró su llamado al diálogo y dijo desear unas elecciones. Pero se refiere a las de gobernadores –que debieron celebrarse en el 2016–, descartando un adelanto de las presidenciales de diciembre de 2018.
"No quieren diálogo (...) Yo respeto las expresiones del Papa", expresó el domingo.
El papa Francisco llamó el fin de semana a acabar con la violencia en Venezuela y renovó la oferta de ayudar a un diálogo, pero con "condiciones muy claras", al recordar el fallido proceso que acompañó el Vaticano a fines de 2016.
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Ocho países latinoamericanos respaldaron al Papa, a quien la oposición reafirmó en una carta su negativa a una negociación "si no hay garantías".
El conflicto ha complicado las relaciones internacionales de Venezuela, que el viernes inició su retiro de la Organización de Estados Americanos (OEA), acusándola de impulsar una intervención extranjera.
El gobierno de Maduro buscará respaldo el martes en una reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en El Salvador.