El Mundo

Millares de fieles acompañan a Papa en su aniversario

Pide a obispos ser humildes y pobres como Cristo

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Un débil y emocionado papa Juan Pablo II recibió ayer a millares de fieles en la Plaza de San Pedro, donde hace 25 años se dirigió a los católicos del mundo como nuevo Pontífice.

En su mensaje, dijo que Dios le pedía que continuara en sus funciones a pesar de su fragilidad.

Aplaudido por decenas de miles de peregrinos, el Papa --de 83 años-- recordó el día de 1978 cuando fue elegido por el Colegio Cardenalicio en la Capilla Sixtina y dijo que tembló bajo el peso de la responsabilidad en sus espaldas.

Su cuerpo tiembla ahora a causa de la enfermedad de Parkinson y los dolores artríticos que lo afectan, pero el Papa nacido en Polonia dejó en claro que tiene la intención de permanecer en la Silla de Pedro como pastor de los 1.000 millones de católicos del mundo hasta su muerte y que no renunciará como algunos habían especulado.

“Él (Dios), conocedor de mi fragilidad humana, me alienta a responder con la fe y me invita a asumir las responsabilidades que Él mismo me confió”, dijo el Papa en una homilía durante una misa al aire libre.

Poderosos y débiles

En la ceremonia matutina, el Pontífice firmó la exhortación apostólica Pastores Gregis , sobre el papel de los obispos, en el cual dice que el mundo parece envuelto en una “guerra de los poderosos contra los débiles” y condena el fundamentalismo religioso.

“En muchas áreas, el mundo parece un barril de pólvora a punto de explotar y arrojar inmenso sufrimiento a la familia humana”, escribió, en una categórica acusación a las naciones ricas.

En el documento, el Papa dijo que el obispo del tercer milenio no puede ser un burócrata o un funcionario, sino un pastor con un estilo de vida similar al de Cristo, pobre y humilde.

“El prelado debe desenmascarar las falsas antropologías y discernir y proclamar la verdad. Tiene que ser operador de justicia y de paz y debe promover el diálogo entre las religiones”, señala.

Ante la globalización, el obispo debe saber tomar sus aspectos positivos y promover una “globalización de la caridad”, basada en la dignidad de la persona, la solidaridad y la subsidiariedad.

Esto requiere que el obispo tenga preferencia por los pobres y los más desheredados de la tierra, dice la exhortación.

Asimismo, el obispo del tercer milenio tiene que ser cuidadoso con las cuestiones ecológicas para salvaguardar lo creado por Dios.

Durante la misa resonaron las campanas y los cánticos mientras el sol que se ponía tras la basílica de San Pedro, a la hora del día en que 25 años antes se percibió el humo blanco que señalaba que había Papa tras la reunión del Cónclave, el 16 de octubre de 1978.

“Hoy, hermanos y hermanas, estoy feliz de compartir con ustedes una experiencia que se ha vivido durante un cuarto de siglo”, dijo el Papa con dificultad.

“Estoy convencido de que él es uno de los papas más grandes de la historia”, dijo el cardenal de Sao Paulo, Claudio Hummes.

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