Cerca de 2.000 misiles SAM-7, de fabricación rusa, mantienen enfrentados al gobierno de Enrique Bolaños y a los legisladores del opositor Frente Sandinista.
En una rápida votación el jueves en la noche, 48 de los 91 diputados avalaron una resolución gubernamental para reducir el arsenal de los proyectiles tierra-aire SAM-7.
El Parlamento “apoya la decisión del Presidente (Enrique Bolaños) de reducir gradualmente el inventario de misiles antiaéreos del Ejército de Nicaragua, en armonía con la decisión de los presidentes centroamericanos, de setiembre del 2003, de avanzar en un balance racional de fuerzas en la región”, señala la resolución.
En declaraciones a La Nación, vía telefónica, el ministro de Defensa, José Adán Guerra, dijo: “Esta resolución tiene la legitimidad, representatividad y legalidad del pueblo nicaragüense a través del Congreso”.
“Este es un apoyo político contundente al presidente Bolaños como jefe máximo de las Fuerzas Armadas del país”, añadió.
Los cohetes fueron adquiridos durante el conflicto militar que protagonizó el gobierno sandinista (1979-90) contra los grupos contrarrevolucionarios financiados por Washington, que ahora teme caigan en manos de terroristas.
Su preocupación es tal que el propio secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, en una visita a Nicaragua en noviembre del año pasado, expuso “la firme posición” de su gobierno en torno a que este país destruya “la totalidad” de los cohetes rusos, cuyo costo individual ronda los $2.000, según información obtenida en Internet.
Aunque inicialmente el gobierno de Bolaños descartó plegarse completamente a la posición estadounidense, dejó abierta la posibilidad de negociar su reducción gradual, tal y como fue aprobada en el Congreso el jueves.
Oposición
Sin embargo, no todos están contentos con la decisión y así lo patentaron los 38 diputados sandinistas, quienes ese día no se presentaron a la sesión en señal de protesta.
“Hemos dicho que cualquier acción de desarme debe darse en el marco del balance regional de fuerzas, y no una medida unilateral de Nicaragua”, indicó a este diario, vía telefónica, el legislador José Figueroa.
Agregó: “Espero que haya acciones similares de buena voluntad; por ejemplo, que Honduras reduzca sus aviones ofensivos”.
Figueroa manifestó que la bancada sandinista se mantendrá al tanto de la decisión que adopte el mandatario, cuya fecha aún no se define.
Igual estaría por establecerse la cantidad de misiles que destruiría el Ejército; empero, fuentes allegadas a La Prensa , citadas ayer, hablan de 1.500, y el país solo conservaría 500.
Según datos obtenidos de Internet, los SAM-7 son muy útiles y buscados en el mundo porque son fáciles de cargar, poseen un sistema de rastreo de calor y tienen la capacidad de lanzar una cabeza explosiva de alto poder.
Se estima que en el mundo hay cerca de 500.000 de estos cohetes distribuidos, entre otros países, en Rusia, China, Egipto, Corea del Norte y Bulgaria.