Mahmod Abas había sido dejado de lado hace un año tras perder su poder en una disputa con Yaser Arafat, pero a la muerte de este, en noviembre, volvió para hacerse cargo de la Organización para la Liberación Palestina.
Abas es coautor de los acuerdos interinos de paz con Israel y hace mucho tiempo era el número dos en la cúpula palestina.
Su reputación de conciliador de posiciones podría ayudarlo a resucitar las conversaciones de paz con Israel.
Es un pragmático que ha criticado, por contraproducente, el recurso de su pueblo a las armas después de que colapsaron las conversaciones con Israel para crear un Estado palestino.
Abas es partidario de un cese el fuego para impulsar las negociaciones basadas en la "hoja de ruta", el plan de paz para Oriente Medio apoyado por la comunidad internacional.
Abas prometió durante su campaña mantener la lucha de Arafat por edificar un Estado palestino en todos los territorios ocupados por Israel, aunque sin emplear métodos violentos.
El nuevo líder se verá desafiado por la joven generación de militantes del movimiento Fata, que cree que hay más posibilidades de recuperar las tierras ocupadas a través de la guerra, y por extremistas islámicos que se inclinan por erradicar por completo a Israel.
Abbas, de 69 años, desapareció del cuadro político hace un año tras renunciar como primer ministro, frustrado por la negativa de Arafat a ceder poder y permitir reformas para controlar a los militantes y purgar al gobierno palestino de elementos corruptos.
Pero Abas mantuvo su posición como secretario general de la OLP y volvió a surgir políticamente después de que el estado de salud de Arafat se volvió crítico.
Más conocido por su nombre de guerra Abu Mazen, Abbas tuvo un papel central al tender rápidamente la mano a las facciones nacionalistas e islámicas para dar muestras de estabilidad cuando la salud de Arafat comenzó a declinar.