La capital de Uruguay enfrenta una sequía sin precedentes debido a la falta de lluvias. Por esa razón, Montevideo podría quedarse sin agua potable en cuestión de días.
Las precipitaciones sustentan la planta potabilizadora que suministra agua dulce a toda el área metropolitana, con reservas en dos embalses. Más del 60% de la población se encuentra en Montevideo.
La crisis de agua potable preocupa a la población de las zonas más pobladas de esa nación sudamericana. Desde hace meses, debido a los cambios climáticos que se producen en ese sector, además, los ciudadanos catalogan que el agua que llega no es potable porque se empieza a sentir salada por un aumento de los niveles de cloruro y de sodio.
Luis Aubriot, experto en Limnología, asegura que hace más de un mes el recurso hídrico se mezcló con agua del Río de la Plata.
“Hace más de un mes que se está mezclando agua de este río (Río de la Plata), que es la poca agua que circula por este afluente actualmente, agua que fue cayendo a los embalses que prácticamente ya están secos, históricamente nadie los había visto sin agua”, asegura Aubriot.
Montevideo cuenta con dos grandes fuentes de agua potable: el embalse de Canelón Grande, que aporta 10 millones de metros cúbicos de agua, pero que ya está seco, y el otro es el Paso Severino, que también se está quedando sin agua, pero que, según reportan las autoridades, en este momento almacena alrededor de 1,2 millones de metros cúbicos. Cantidad insuficiente.
“Desde hace tres años venimos con una crisis hídrica o climática que afectó también a Brasil y Argentina, ahora nos afecta a nosotros de forma muy intensa. Fueron tres años con el Fenómeno La Niña.
“Pero en el último año se dio una situación muy anómala que los colegas de ciencias de la atmósfera lo están estudiando. El fenómeno sigue en curso y es atípico del déficit hídrico, eso hizo que en un país que en general llueve alrededor de unos 1.200 milímetros al año, haya subido 500 milímetros. Las crisis de agua llegaban a 800 milímetros en los años de sequía, esta vez fue de 500 milímetros, algo que nos asemeja a países como Israel”, aclaró Aubriot.
Por su parte, el gobierno pronostica que, debido a la escasez de agua en los embalses, la población de la capital se quedará sin este líquido potable en un plazo no mayor a una semana o 10 días.
“Si no llueve, habrá un lapso en el que el agua no sea potable”, afirmó Luis Lacalle Pou, presidente de Uruguay.
Edgardo Ortuño, director de Obras Sanitarias del Estado (OSE) desde la oposición, afirma que califican las acciones del gobierno como “tardías e insuficientes”.
“Nosotros valoramos las medidas como tardías e insuficientes porque creemos que cuando el gobierno decretó la emergencia por sequía para la producción agropecuaria, también debió tomar medidas de emergencia para prevenir las dificultades de abastecimiento de agua potable a la población y asegurar medidas de obras e infraestructuras”, aseguró Ortuño a La Nación.
Además, también explica que se generaron algunas movilizaciones por parte de algunas organizaciones, pero no ha habido protestas por parte de la población.
“Lo que dice la población es que el agua está salada. Se han generado algunas movilizaciones puntuales lideradas por organizaciones ambientalistas y el sindicato de trabajadores y trabajadoras de nuestra empresa pública, pero no ha habido una masificación de las protestas”, aclaró.
En 2004, Uruguay fue el primer país del mundo en reconocer el derecho al acceso al agua potable en la Constitución.
Por otro lado, Julieta López, Investigadora de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República del Uruguay, explica de qué forma la población está subsistiendo ante la crisis y qué mensaje deja esta situación.
“Lo que se está atendiendo es el consumo de agua embotellada. Existen planes de distribución de esta forma de consumo a ciertos perfiles de población, además de garantizar el suministro de agua de calidad hacia los hospitales, por ejemplo.
LEA MÁS: Cambio climático empeora en Latinoamérica, según la Organización Meteorológica Mundial
“Esto nos deja como aprendizaje, por un lado, que ya se viene hablando desde hace mucho tiempo en Uruguay de reforzar las fuentes de agua, fortalecer los sistemas de tratamiento y distribución, pero también la mirada hacia el consumo de agua potable que tenemos aquí”, concluye López.