El papa Francisco, primer pontífice latinoamericano, recibió este sábado un emotivo adiós en la plaza de San Pedro del Vaticano, donde miles de fieles y decenas de jefes de Estado se reunieron para rendirle homenaje antes de su sepultura en Roma. Francisco falleció el lunes a los 88 años.
El papa Francisco fue enterrado en la basílica de Santa María la Mayor de Roma, tras un multitudinario adiós al pontífice venido del “fin del mundo” que puso a los desfavorecidos en el corazón de la Iglesia católica.
Su tumba es fiel a la imagen de sencillez que se labró: de mármol procedente de la zona del norte de Italia de donde era originaria su familia y con “Franciscus” como única inscripción.
El público podrá visitarla a partir de este domingo 27 de abril.
La jornada inició a las 5:30 a.m. en Roma (9:30 p.m. del viernes en Costa Rica) con la apertura de la plaza vaticana para el ingreso de miles de fieles, quienes hacían fila la víspera para asegurar un sitio en la ceremonia.
Tres horas después, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, junto a su esposa Melania, llegó al lugar, al igual que otros líderes mundiales como el argentino Javier Milei, el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, el francés Emmanuel Macron, acompañado de su esposa Brigitte, y los reyes de España, Felipe VI y Letizia.
El mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski, también asistió y sostuvo una breve reunión con Trump al margen de la ceremonia. Las exequias del pontífice sirvieron así de escenario para una discusión luego del tenso encuentro del europeo en la Casa Blanca en febrero.
A las 9:50 a.m. (1:50 a.m. en Costa Rica), las campanas de San Pedro resonaron con el toque de difuntos, marcando el inicio de la misa funeral a las 9 a.m. locales.
La ceremonia, presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, congregó a 224 cardenales, 750 obispos y sacerdotes, y miles de fieles de todo el mundo, quienes siguieron la ceremonia en vivo.
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“Elevó incesantemente su voz implorando la paz e invitando a la sensatez, a la negociación para encontrar soluciones posibles” a las guerras, subrayó el cardenal decano en su homilía durante el funeral.
“La guerra siempre deja al mundo peor de como era en precedencia: es para todos una derrota dolorosa y trágica”, agregó el purpurado ante decenas de dignatarios internacionales incluidos Trump y Zelenski.
Realizó “innumerables” esfuerzos a favor de los migrantes y refugiados del Mediterráneo a la frontera entre México y Estados Unidos, anotó también Battista Re en la homilía.
El público presente en la plaza de San Pedro acogió entre aplausos sus palabras. Trump mantuvo choques con el primer pontífice latinoamericano por sus críticas a su política migratoria.
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Morada última y sepultura
El féretro de Francisco, de madera y zinc, sellado la noche anterior, fue situado frente al altar en la plaza. Las delegaciones oficiales, organizadas por orden alfabético, ocuparon un espacio a la derecha del altar, con Milei y el presidente italiano, Sergio Mattarella, en primera fila. Los monarcas presentes y cerca de medio centenar de jefes de Estado también formaron parte del homenaje.
La misa, pronunciada en varios idiomas, incluyó lecturas, homilía, oraciones universales, la consagración del pan y el vino, intercambio de gestos de paz y la comunión. En un gesto simbólico, patriarcas y arzobispos de las iglesias orientales católicas se acercaron al féretro antes de su bendición e incienso final.
Al cabo de 75 minutos de ceremonia, el féretro fue llevado al interior de la basílica de San Pedro. Poco después, partió en un papamóvil rumbo a la basílica de Santa María la Mayor, en el centro de Roma.
Miles de personas se agolparon tras las barreras metálicas para despedirlo, mientras pantallas gigantes transmitían el recorrido, que incluyó sitios emblemáticos como la plaza Venecia, los Foros imperiales y el Coliseo.
Según el Vaticano, poco más de 150.000 personas observaron el paso del cortejo fúnebre y unas 250.000 presenciaron en la plaza de San Pedro la misa funeraria.
Durante tres días de capilla ardiente, 250.000 personas ya habían rendido tributo al pontífice argentino, algunas esperando incluso hasta altas horas de la madrugada para expresar respetos en la vela del líder religioso.
A las 7 a.m en Costa Rica, los restos mortales de Jorge Mario Bergoglio llegaron a Santa María la Mayor, donde un grupo de personas desfavorecidas, símbolo de su pontificado por los pobres, le dio la bienvenida. La inhumación se realizó en una ceremonia privada presidida por el cardenal camarlengo Kevin Farrell.
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Su entierro, el primero de un papa fuera de los muros del Vaticano desde León XIII en 1903, pondrá fin a 12 años de un pontificado marcado por la defensa de los migrantes, el medio ambiente y la justicia social.
El líder de 1.400 millones de católicos en el mundo falleció el 21 de abril a los 88 años por un ictus, casi un mes después de salir de una larga hospitalización por una neumonía bilateral.
La lucha contra la pederastia en la Iglesia y el impulso de un mayor papel para mujeres y laicos forman parte de su legado reformista, pero también enfrentó una dura oposición conservadora en la institución.
El adiós a Francisco dará paso a la elección de su sucesor. El cónclave para escogerlo debe convocarse entre 15 y 20 días después de su muerte, aunque los cardenales podrían hacerlo antes en una fecha aún por definir.