Chicago, EE. UU. AFP El defensor del suicidio asistido Jack Kevorkian, a quien muchos llamaban “Doctor Muerte”, falleció a los 83 años, informó ayer un portavoz del hospital William Beaumont, de Royal Oak, Michigan (norte).
Kevorkian obligó a Estados Unidos a confrontar los problemas éticos en torno a cuál es la mejor forma de tratar el dolor y el sufrimiento de los enfermos terminales, cuando en 1990 salieron a la luz su máquina de suicidio Thanatron (máquina de muerte) y los videos de sus pacientes rogándole que les ayudara a morir.
El expatólogo de origen armenio, que pasó más de ocho años preso por la muerte de un hombre en un suicidio asistido que fue grabado y pasado por televisión, afirmaba haber ayudado a 130 personas a morir. “No me arrepiento de nada en absoluto”, dijo a CNN en una entrevista el año pasado.
La desesperación que llevó a decenas de personas moribundas a viajar a Míchigan para ser conectadas a su “máquina de misericordia” –que mataba por inhalación de monóxido de carbono– ayudó a convencer a muchos de la necesidad de un derecho a morir.
“Mi objetivo final es hacer que la eutanasia sea una experiencia positiva”, dijo a The New York Times en 1990, tras su primer suicidio asistido con Janet Adkins, una maestra que sufría de alzhéimer.
La campaña de Kevorkian para legalizar el suicidio asistido tuvo un éxito limitado. Dos estados aprobaron leyes con ese fin.